ROMANÇE DE LA EVALUAÇIÓN (Fray Josepho)
Que por junio era por junio, // cuando ya el curso se acaba,
cuando el sol allá en lo alto // produçe grande galbana,
cuando los moços e moças // alixéranse de calças,
cuando los sudores reinan // por pasillos e por aulas
e rançios olores salen // de sobacos e sandalias,
cuando ya por todas partes // la vacaçión se presagia,
cuando ni los profesores //de dar clase tienen gana
(si es que alguna vez la hubieron, // pues desto non hay constançia).
¡Mes de junio, mes de junio, // fecha insoportable y áspera!
Tú fuiste, junio, testigo // de lo qu’este fraile narra.
Direvos que el instituto // del que mi romançe trata,
entre sudor e calores, // d’inquietud hormigueaba.
Ya son las evaluaçiones, // ya s’açerca la hora amarga,
en que a los quartos de ESO // la nota final se daba.
Concurren con tal efeto // en una inhóspita sala
un tropel de profesores // con las notas preparadas.
Portan carpetas, listados, // libretillas repuxadas,
axendas e cartapacios // en donde las notas guardan,
prestas para ser transcriptas // e pasadas a las actas.
Otrosí portan bolígrafos, // lápiçes e estilográficas,
gomas de borrar e reglas, // frascos d’una cosa blanca
que tiene por nombre “típex” // e corrixe las erratas.
En derredor de una mesa, // los profesores s’instalan,
como honrados caballeros // d’aquella corte británica
del barbado rey Arturo, // el de la redonda tabla.
Viérades allí, sentados, // a la profe de Ximnasia
(mexor, de Educaçión Física, // qu’es como agora se llama),
querida por los alumnos // porque los saca del aula
e les presta los balones // para que peguen patadas.
Viérades a uno de Física, // con la frente despexada
e de cuya asignatura // sólo da cuatro chorradas
(qu’en los predios de la ESO, // tal como está la enseñança,
la Física, con la Química // –casi siempre xuntas ambas–,
si se dan, se dan poquiello, // pues son materias “non sanctas”).
Viérades allí sentado // al de Lengua Castellana
(que del nombre d’Española // non queda en la LOGSE nada
e de la Literatura... // mexor será non mentarla:
pues, cuando intenta que lean // los mochachos e mochachas
tanto en verso como en prosa // las obras más reputadas
de los autores insignes // que han existido en España,
pues no hay caso: o non las leen, // o non se enteran de nada).
Ved al de Tecnoloxía, // qu’es disçiplina novata
(e que, perdonad al fraile, // non sé muy bien de qué trata),
sentado al lado de un hombre // que suele dar Matemáticas
e que revienta de goço // cuando los alumnos captan
en el secundo trimestre // qué es una raíz cuadrada
(otra cosa bien distinta // es que puedan calcularla
si la su calculadora // non ha las pilas cargadas).
Viérades al de Latín, // qu’imparte Cultura Clásica
(insulso batiburrilo // con que non aprenden nada,
porque la lengua del Laçio // la tienen descomulgada).
Allí se sienta el de Historia, // que ya non da la d’España,
porque da Çiençias Soçiales, // qu’es cosa descafeinada
que sólo enseña el entorno, // sólo muestra la comarca,
sólo el río de su pueblo, // sólo el feudo de su sátrapa,
sólo historia del terruño // (e, para colmo, inventada).
Viérades al profesor // que da clase d’Informática
con el que los arrapiezos // muy buenos ratos se pasan
dando golpes al teclado // de vetustos ordenatas,
ora matando marçianos, // ora ganando batallas,
ora atropellando viexas //o aplastando embaraçadas,
mostrando gran virtuosismo // e pericia destacada
en el control d’esos juegos // de los programas piratas;
ora entrando en Internet // –diçen llamarse “internautas”–
para consultar, absortos, // todas las páxinas guarras.
Viérades a la de Inglés, // comedida e recatada,
apocada e silenciosa, // buena chica, un poco pava,
qu’es el pito del sereno // cada veç qu’entra en el aula
e con la que los alumnos // normalmente se descaran,
sin fazer ningún apreçio // del habla de Gran Bretaña
(en sacándolos del “fucking” // e otras cuatro marranadas).
Viérades a la de Música, // qu’es harto garrida e guapa,
e interpreta en el piano // melodías acordadas
de Mozart e de Beethoven, // de Schumann, Berlioz e Falla;
pero que siempre, la pobre, // anda como despistada
e non repara en las bromas // que le gastan a mansalva.
Los alumnos de la clase, // han descubierto la graçia
de tirar cosas al suelo // para ver cómo se agacha;
pues, siendo sus faldas cortas // e non gastando ella enaguas,
es fáçil, al inclinarse, // ver la color de sus bragas.
También se suelen reír // con la chocarrera chança
de pedirle, entre codaços, // entre guiños e alharacas
e con açentos procaçes: // –“¿Puedes tocarnos la flauta?”
Viérades allí sentado, // ocupando su butaca,
al cura de Religión // (me refiero a la christiana)
que lleva desde hace tiempo // pidiendo liçençia al Papa
para fazer exorçismo // a esa tropa endemoniada
de mochachas e muchachos // que hanle tocado en desgraçia.
E viérades al de Ética // (de un filósofo se trata),
que non sabe qué fazer // con clase tan iletrada,
salvo poner en el vídeo // çintas çinematográficas,
qu’en los primeros dos meses // se traía de su casa,
pero que, tras el fracaso, // pone lo que ellos le traigan:
la última del “Chuarçeneguer” // o “De Texas la Matanza”.
Viérades al profesor // que les da clase de Plástica
(que antaño fuera Dibujo) // y qu’es artista de fama,
que consigue, a duras penas, // que traigan, cada semana,
en los cuadernos de clase // cosas pintarrajeadas:
a veçes le pintan monas, // o pintan cruçes gamadas,
o pintan moças en cueros, // o muy peores guarradas.
Y ved al de Biología, // qu’es materia destacada,
en que, faze pocos días, // quisieron, con unas ranas,
fazer de la anatomía // buen aprendizaxe e práctica.
Començó la disecçión; // mas aquello semexaba
un amasixo sangriento // de vísceras desgarradas:
volaban las asaduras, // esparçíanse las ancas,
las cabeças por los suelos // sin los sus cuerpos rodaban;
todos, alumnos e alumnas, // con festivas risotadas,
por dentro de las camisas // metíanse las entrañas
d’aquellos pobres anfibios // que otrora libres nadaban.
Fízose una veç, no más: // a la siguiente vegada
todas las explicaciones // púsolas en la piçarra.
E ved a la de Francés, // neurótica e trastornada,
que por una depresión //seis meses tuvo de baxa,
e que, faze pocos días // a las aulas regresaba.
Si bien, por lo que paresçe, // debiera volver a casa,
porque ha tornado mohína // en tan sólo una semana:
fuma compulsivamente, // uno ençiende e otro apaga,
la voz se quiebra en sollozos // cuando de las clases fabla
e vaga por los pasillos // con aflixida mirada.
E viérades, entre tantos, // otra muy buena mesnada
de los que imparten talleres // (que son disçiplinas prácticas):
taller de silbo gomero, // taller de praxis dramática,
taller de cante flamenco, // taller de loça e çerámica,
taller de juegos de mesa, // de acedrex, dados e tablas,
taller de cunicultura, // taller de parla vernácula,
taller de papiroflexia, // taller de fazer pancartas,
taller de sexualidad // (la amanuense o solitaria,
o la de entre moço y moça, // o la de la usanza sáfica,
o a la guisa de Sodoma, // mas con la goma calçada)
e taller d’ortografía // (el que se lleva la palma:
pues de todo el instituto // sólo lo da una mochacha
e, ençima, a regañadientes, // pues teme las amenazas
que le profirió su padre, // cuando leyó unas palabras
que en la lista de la compra // la moça llevó apuntadas,
por no olvidar en la tienda // lo que la madre encargaba:
“arina”, “bíno rrosado”, // “quatro visteques de baca”,
“gisántes”, “hazucar”, “guebos” // “un vote de merme helada”).
(Seguirá...)
Genial. Este romance es genial. Además del tono sarcástico y burlón del que hace gala el autor, es que lo borda, cuenta la realidad. No conocía ni el romance ni al autor, pero me compraré algún libro suyo. Para mí es de lo mejor en poesía satírica que he visto. Entre comentarios de política no nos viene nada mal algo como esto, relajante. Lo malo es que está sacado de nuestra enseñanza y nos dice cómo está.
ResponderEliminarAndo perdido con estos estudios modernos. No sabía que dieran tantas cosas, y que las llamaran de formas tan raras a lo que siempre hemos conocido. Con tantas asignaturas a lo mejor no profundizan en ninguna, y eso también será un problema. El final es fantástico: tantos libros, tantos ordenadores y tantos inventos para conceguir eas faltas de ortografía aunque sea de ejemplos:
ResponderEliminar“arina”, “bíno rrosado”, // “quatro visteques de baca”,
“gisántes”, “hazucar”, “guebos” // “un vote de merme helada”).
Ayer y hoy se celebran las fiestas del Barrio Ferial Bañuelos. Otros años se ponían en el patio del Colegio Castilla cochecitos y atracciones para los niños, y este año no se han puesto. El año pasado el día de la fiestas de las Peñas de Aranda celebraron su verbena en el patio del colegio y lo dejaron hecho una porquería, lleno de meadas y vomitonas y otras guarrerías, y por eso no se ha dejado instalar en el patio esas atracciones, sabiendo que ahí es donde mejor y más seguros estaban los niños, pero debemos aprender que el mal uso de las cosas trae estas consecuencias. Me parece muy bien la decisión tomada: en un colegio no deben permitirse ciertas cosas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el anterior, pues también soy padre de dos alumnos del Castilla. Este año se han ehcho las coasas bien yhay que agradecerlo a los resposnables. El verano pasado fue una auténtica basura de patio. Bien por todos.
ResponderEliminarCopio una parte de un comentario del 18 de junio porque me parece muy importante:
ResponderEliminar“observador dijo...
El PSOE cambia las leyes educativas siempre que llega al poder porque cree que son los socialistas los que deben dirigir el mundo educativo de los españoles y para ello gozan de un plus moral de autoridad. Piensan también que ellos son los administradores de la Justicia Social y consideran que la llegada al poder del PP y por mayoría absoluta fue un accidente. Piensan tantas cosas sobre la sociedad que se creen los dirigentes eternos de costumbres y normas de vida, para lo cual pueden impartir su Educación para la Ciudadanía a su medida, o cambiar la ley del aborto o todo aquello que pueda ponerse de frente…”
A eso yo lo llamaría sectarismo educativo. Además tienen otro sectarismo cultural del que hacen gala, y quiero comentarlo y compararlo con el fallecido Premio Nóbel Saramago, recientemente fallecido.
Cuando Camilo José Cela recibió el Nóbel de Literatura en 1989, ¿Fue recibido por el entonces Presidente del Gobierno de España Felipe González?
Cuando murió y fue enterrado en Padrón, ¿Cuántos socialistas asistieron al funeral y al sepelio? ¿Cuántos del llamado “mundo de la cultura, de la progresía y de la ceja” asistieron? ¿Hubo alguno?
¿De qué mundo de la cultura hablamos? Y los españoles siguen tragando sin levantar la voz.
¿Por qué no puede usarse el patio de un colegio con fines recreativos para los chicos? La fiesta este año ha estado más aburrida. si hubieran metido los cochecitos en el patio del Castilla los padres estarían más relajados y sin peligros. Eso sí: LIMPIO AL DIA SIGUIENTE, porque hay clase. y con respeto al edificio
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