21 de agosto de 2010

La increíble y detallada narración de un albañil gallego: lo que pudo ser verdad y no haber sucedido.

Nadie duda de que, a veces,  la realidad supera  la ficción y que ocurren historias sorprendentes y difícilmente imaginables. Sabemos también que hay justificaciones de hechos, alegatos e informes que dejan boquiabierto a quien los lee, no sabiendo a que atenerse, si creerlo sin dudar o dudar para no creer. Más de un acontecimiento de esta clase ha pasado al saber popular  y se lo conoce como una simple “leyenda urbana”. No se trata, en esta ocasión,  de realizar un estudio exhaustivo sobre la realidad o fantasía de los hechos que se nos narran, y que si tampoco son nuevos, no dejan de sorprendernos y traernos una buena sonrisa que nos alivien los calores del verano y nos alejen por unos minutos de las zozobras económicas.

Todos sabemos que las compañías aseguradoras no sueltan un solo euro por un accidente si no están  muy seguras de que ha ocurrido e insisten en averiguar todos los detalles que puedan confirmarlo. De ahí que nuestro protagonista, un albañil gallego, tuviera que dar pelos y señales, y hasta hacer una demostración de física  aplicada para que le creyeran y le pagaran las indemnizaciones correspondientes. Dicen que se trata caso verídico, y que el texto responde a una transcripción literal del original, contenido en el archivo de una aseguradora. Nos dicen también que el caso fue juzgado por  el Tribunal de Primera Instancia de Pontevedra (España):

Los que ya lo conozcáis podréis recordarlo, y los que no lo conocíais, deciros que es caso fuera de lo común entre un contenedor de ladrillos, una cuerda, una polea y un albañil gallego como sujeto de la peripecia o accidente. El autor podría haber elegido a un catalán o vasco o andaluz o castellano o …pero eligió a un gallego. Y aquí comienza la historia.

    "Excelentísimos señores:

En respuesta a su pedido de informaciones adicionales a la declaración de mi accidente donde mencione que ocurrió "tratando de ejecutar la tarea y sin ayuda", les envío una declaración mas detallada, con lo que espero que lo que sigue aclare de una vez por todas sus dudas.

    Soy albañil desde hace diez años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos en una pared del sexto piso de un edificio en construcción de esa ciudad. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado, aproximadamente 250 kilos de ladrillo. En vez de cargarlos a mano hasta la planta baja, decidí colocarlos en un barril y bajarlos con ayuda de una roldana que felizmente se hallaba en una viga en el techo del sexto piso.

 Bajé hasta la planta baja, até el barril con una soga y, con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto  piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja. Luego subí y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desaté la soga, y la agarré, con fuerza, de modo que los 250 kilos de ladrillos bajasen suavemente (debo de indicar que en mi declaración a la policía he declarado que mi peso corporal es de 80 kilos). Sorpresivamente, mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente arrastrado por la soga. Debido al susto, perdí mi habitual presencia de espíritus, irreflexivamente, me aferré mas a la soga, mientras ascendía a gran velocidad.

    En las proximidades del tercer piso me encontré que bajaba a una velocidad aproximadamente a la de mi subida, y me fue imposible el evitar el choque. Creo que allí se me produjo la fractura de cráneo.

    Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provoco la detención de mi subida, también quebraduras múltiples de los dedos y de las muñecas. A esa altura (de los acontecimientos) ya había recuperado mi presencia de espíritu, y pese a los dolores continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante que el barril choco contra el suelo, su fondo se partió, y todos los ladrillos se desparramaron.

    Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 kilos. Debido a un principio simplísimo de física, comencé a descender rápidamente hacia la planta baja. Aproximadamente al pasar por el tercer piso me encontré con el barril vacío que subía. En el choque que sobrevino a continuación estoy casi seguro que se produjeron las fracturas en los tobillos y nariz. Este choque felizmente disminuyo la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterrice sobre la montaña de ladrillos solo me quebré tres vértebras.

    Lamento, sin embargo, el informar que cuando me encontraba caído encima de los ladrillos, con dolores insoportables, sin poder moverme y viendo encima de mí el barril, perdí nuevamente mi presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente y cayó sobre mis piernas, quebrándoseme las dos tibias.

    Esperando haber aclarado, definitivamente, las causas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente".




Merece la pena  oír el audio siguiente:

5 comentarios:

  1. Gracias por estas notas de humor que alegran el ánimo después de ver otros sitios.

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  2. Pobriño el gallego. Siempre bromas con gallegos, aunque esta me parece positiva.

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  3. Acabo de ver en nuestra flamante Plaza Mayor a dos operarios echando cemento y rellenando los huecos que hay entre los adoquines. Hace un año que lo hicieron y ya está mal, es una pena que se gasten el dinero de esa forma y echen moco de pavo en vez de cemento o lo que tenga que ser.

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  4. sorprendente lo de este gobierno,primero nos paraliza la variante de Aranda de la autovía del duero, y ahora dice que la van a seguir haciendo porque està casi hecha. No hacen nada más que improvisar, y parece que son buenos y nos dan las migajas.

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  5. Vuelve la distracción de los problemas. Ahora en verano el gobierno, Corbacho, ve razonable establecer 20 años para calcular la base de las pensiones, que hasta ahora es de QUINCE. Y comienza el debate, con unos a favor y otros en contra. ¿En qué quedará la cosa en septiembre y los meses siguientes? ¿Cobrará loi mismo uno con 20 años de cotización que otro con 40?

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