La resaca política de las fiestas de Aranda de Duero. (II de II): "Post festum, pestum..."

Al dicho romano que iniciaba el capítulo anterior le faltaba la segunda parte, por  lo que ahora podremos leerlo completo: “Post festum, pestum et post coitum, tedium”.  Tras la fiesta, el vómito y los orines (metafórico en este caso, aunque también real) y después del coito (sentido figurado del placer bullicioso de la fiesta) el aburrimiento, la desgana, la dejadez y el abandono de las cosas a su suerte. Los romanos sabían que tras una cosa y la otra, la esperanza  y el futuro desaparecían, y los arandinos saben  hoy que tras las fiestas y los reproches mutuos de los políticos, el tiempo lo barre todo y todo se olvida con el tiempo, hasta que llegue el próximo septiembre y no pueda ponerse remedio a los problemas…A no ser que las elecciones primaverales remuevan, con la fuerza incontenible  de la naturaleza, las ideas y las personas sempiternamente instaladas en las poltronas políticas.

 

El concejal popular Máximo López tiene todo el derecho y la obligación de criticar  las acciones que crea erróneas del equipo de gobierno municipal, y el mismo derecho le asiste al alcalde a responderle. Lo que los demás debemos exigirles a ambos es que se centren en los temas y expliquen lo que hacen y lo que no han hecho. No ha estado acertado Máximo en sus comentarios, ya que se ha perdido en vaguedades, y cuando ha tratado de acercarse a la realidad, le han contestado con sarcasmo  y con el “tú peor” de  sus tiempos pasados.

Máximo López  propugna otro tipo de festejos sin especificar cuál  es su modelo ideal; habla del gran número de arandinos que han abandonado estos días la ciudad sin explicar cómo los ha contado (lo mismo le ha pasado al alcalde  con los que se han quedado), y se "pierde" entre las "pérdidas  y no ganancias"de la hostelería arandina.

Reprocha al alcalde no haber solucionado el tema de la Plaza de Toros, y haber dejado "para última hora

la toma de decisiones después de más de tres años a cargo del ayuntamiento de la villa”. Ante semejante crítica (es tanto como citar la soga en casa del ahorcado), al alcalde se le ha ocurrido contestar con un extravagante reto “solicitando al  PP que demuestre valentía para pronunciarse sobre la postura que hubiera adoptado su grupo en la misma situación”.

Si ambos creen que han cumplido con su papel y que los ciudadanos han picado el anzuelo y se han quedado satisfechos con su debate estéril, es que no se han enterado ninguno de ellos de la fiesta  que han vivido. Con la Justicia de por medio ningún grupo hubiera concedido otra nueva licencia provisional, por lo que el futurible resulta  absurdo. Lo que ambos deberían haber explicado es por qué cada uno de sus grupos, PP y PSOE, concedió TRES LICIENCIAS PROVISIONALES, y eso es lo que no han hecho. De  paso, que aclaren todo el proceso de venta y construcción de la Plaza de Toros.

Lo más sorprendente de las declaraciones de Máximo López no es lo que ha dicho, sino lo que su subconsciente ha transmitido:

- “Si este equipo de gobierno se ha propuesto cargarse las fiestas de Aranda debe seguir en esta línea”.

- Solicitud al alcalde para que

«se ponga a trabajar nada más acabar estas fiestas, con el tiempo necesario que se requiere para llegar a soluciones adecuadas y para que las fiestas patronales de 2011 vuelvan a recuperar el esplendor y animación que son señas de identidad de Aranda».

Dado que en Mayo de 2011  habrá elecciones, Máximo ya se ha sentido derrotado, se ha puesto la venda el el ojo  y a Luis Briones le ha concedido la mayoría absoluta  con capacidad de hacer y deshacer.

No anda tampoco muy afortunado el alcalde cuando reprocha al concejal que sea el responsable de “montar escándalos” que “luego tiene que pagar el ayuntamiento socialista”. Ni el ayuntamiento es socialista ni son los concejales socialistas quienes pagan. Son los ciudadanos arandinos los que siempre pagan los despropósitos, sustancioso listado conocido, de algunos de sus concejales. Y si hablamos de pagar, podemos hacerlo también de no cobrar ( venta de la plaza de toros), y cerramos el círculo.

No es conveniente que el alcalde alabe con desmesura los conciertos y las  actividades alternativas (Feria de la Música) sin decir lo que han costado y quiénes lo pagarán, que no serán los concejales socialistas. Serán los  mismos de siempre quienes lo sufraguen. A mayor gasto debería corresponder mayor calidad, siempre que se sepa elegir correctamente.
 

Luis Briones se ha mostrado hiriente en la crítica política a todo el PP cuando se refiere al de Aranda, habiendo dicho de él que “es un partido desestructurado, que se está descomponiendo” y,  vista la escasa oposición que recibe, se mofa hasta de los “candidatos de menor grado” y los “candidatillos” que él supone se le enfrentarán próximamente, y que se imagina quiénes son. Como ya no teme las últimas  embestidas  que el líder incombustible del PP ribereño pueda acometerle, porque la debilidad se huele y hasta se palpa, se ceba inmisericorde con los “candidatillos” que le pongan enfrente y a los que nadie conoce todavía. Todo ello es una muestra más de lo sobrado que el alcalde,va a los próximos comicios  y parece que lo mismo le da un "manso" que un "Miura" para su  particular lidia. Qué pena que Luis Briones no haya rematado la genialidad con la clásica muletilla “tontiprogre”  "y las candidatillas”.  No está bien que un alcalde que lo quiera ser de “todos y todas”(así figuraba en el folleto electoral de 2003 del PSOE)   se olvide de ellas, y le tenga que llamar al orden la compañera del Ministerio de Igualdad, Doña Bibiana.

Y no hace bien Luis Briones riéndose de la “oposición descompuesta del PP” (los cuerpos corruptos entran en descomposición y sólo queda de ellos polvo), luciendo el trofeo de la victoria antes de tiempo, no sea que los afiliados del PP de Aranda  tomen las riendas de su  partido (hipotética solución improbable pero posible) y, favorecidos por el vendaval anti-ZP que recorre España,  venzan a quien se ve como ganador absoluto para cuatro años más. Que Dios reparta suerte a los candidatos y paciencia a los ciudadanos.