Relevo en la alcaldía arandina

Ayer, día 11 de junio de 2011, tras el estricto cumplimiento del ritual establecido para estos casos, vimos cumplidos los pronósticos que todos conocíamos desde hace días: Aranda de Duero cuenta con la segunda mujer alcaldesa de su historia en la persona de Raquel González Benito, del Partido Popular.

 En el Salón de Plenos del Ayuntamiento, con tres cuartos de entrada y algunos "indignados" haciéndose notar sin molestar a los asisitentes, y las dos primeras filas con familiares y personal del PP arropando a su candidata,  comenzó la constitución de la nueva Corporación Municipal.

Los veintiún concejales juraron (los menos y de una tendencia concreta) y prometieron (los más y de otras posiciones políticas) sus cargos como indica la Ley, y se efectuó la votación correspondiente para la elección de la nueva alcaldesa. A los ocho concejales del PP se unieron los dos del PCAL y se fueron para Raquel. Lo siete del PSOE terminaron en Luis Briones. Los dos de IU llevaban  escrito el nombre de Máximo Pastor. El voto de UPy D quedó en blanco y  el de CCD fue para Alfonso Sanz.

El resultado final ha sido la consecuencia de un “Pacto de Estabilidad, que no de Gobierno”, consensuado, aprobado y firmado por los líderes comarcales y locales de ambos partidos, PP y PCAL. El alcalde saliente, Luis Briones, del PSOE, entregó a la alcaldesa entrante, Raquel González, del PP, la simbólica “vara de mando”, junto con el deseo expreso de éxito en el intento.

Se escucharon los discursos de los portavoces con sus felicitaciones y la fijación de posiciones y objetivos. Los unos soliciataban diálogo, trabajo y consenso y otros lo ofrecían. Nadie quería romper la buena disposición en esos momentos para que no se notara demasiado los sentimientos de cada cual. Y hasta la nueva alcaldesa hizo lo propio en el cierre de discursos. El entusiástico e innecesario  recordatorio  de la gloriosa victoria popular en Aranda, hecho por el protavoz y la alcaldesa del PP, nos traía a la memoria el viejo refrrán del "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces". No era preciso restregar en público unos números que todos conocían y que tampoco beneficiaban demasiado a quien los citaba.

Terminados los parabienes corteses y formales, ha comenzado la campaña electoral de 2015. Que a nadie le quepa duda de que la pugna se ha entablado ya en distintos ámbitos, y cuyos efectos pronto los percibiremos en la vida cotidiana.

 Las elecciones han puesto a cada cual en su lugar, y a cada uno le han encomendado un papel a desempeñar. Desde esta página  quiero enviar una felicitación a todos nuestros representantes, absolutamente a todos, y el deseo de que cada cual cumpla satisfactoriamente con su función, por el bien de nuestra comunidad arandina. Que dentro de cuatro años ninguno de nosotros pueda decir que ha sido un tiempo  perdido y estéril, dedicado sólo a batallitas particulares, sin fijarse en el bien común al que pretenden voluntariamente servir.

El resultado de las elecciones ha sido mucho más complicado  e inesperado que el deseado por los partidos mayoritarios, pero los hechos son incontrovertibles y los quereres ciudadanos, soberanos. En la aparición de las nuevas formaciones, UPyD en el ámbito nacional y CCD en el local, alguna responsabilidad habrán tenido PSOE y PP, aunque no lo expliquen, en la gestión de  sus mandatos e ideologías. La parte positiva es que los electores han gozado de más alternativas y han podido discriminar entre personas coladas y colocadas en listas electorales, venidas e impuestas, a veces,  desde fuera.

Aunque  el PP ha sido la candidatura más votada, deberían entender y comprender sus dirigentes que su victoria ha sido demasiado raquítica (181 votos más que en 2007 y 500 menos que en 2003) en estos momentos cruciales de la debacle generalizada del PSOE en toda España, debida más al rechazo al Presidente Zapatero que a la gestión de los alcaldes socialistas. En otras poblaciones  y ciudades el PP ha vencido con claridad meridiana, pero,  en Aranda,  el PP se ha quedado como estaba ante el derrumbe del PSOE, perdiendo uno de sus nueve concejales, y arañando unos  votos  muy determinados del Barrio de La Aguilera y otros pocos más del Colegio Belén. El PP arandino ha vencido pero no ha convencido ni a propios ni a extraños, y si quieren engañarse a sí mismos, que disfruten, de momento, de su escuálida victoria por haber sacado 1.000 votos de diferencia al PSOE sin comparar con lo que ellos han ganado realmente. Lo único cierto es que gobernará en solitario con 8 de los 21 concejales (nunca antes se había realizado con tanta minoría mayoritaria), apoyándose en 2  concejales más provenientes del “Pacto de Estabilidad” del PCAL,  mientras sea estable en la esperanza de inversiones foráneas, para sacar ciertos asuntos municipales adelante. Cuando se requiera una mayoría absoluta, ¿De donde saldrá y a quién se recurrirá?.

¿Por qué no se ha logrado un “Pacto de Gobierno” con PCAL y sus antiguos compañeros del CCD? Si se ha intentado, ¿Por qué no se ha conseguido? Con estas premisas no será fácil el gobierno municipal, pero es verdad que el PP tiene derecho a intentarlo y a demostrar que sabe hacerlo "porque tiene los mejores candidatos (hoy ya, concejales)" y  por haber sido la lista más votada de entre las seis presentadas y representadas.

¿Se quedarán como simples espectadores los 11 concejales restantes de las otras formaciones durante los cuatro años siguientes? ¿Seguirán apoyando desde fuera, sin involucrase en responsabilidades en la gestión los concejales del PCAL, si las inversiones deseadas sobre las que se asentó el “pacto” no llegaran en el tiempo previsto? Estas y otras cuestiones se plantean los expectantes ciudadanos, atentos al discurrir de los hechos.

Y una pregunta más  que algunos  no se atreven  a formular en público porque no se desea conocer la respuesta. ¿Cuentan de verdad los concejales del grupo popular con el apoyo de los afiliados y simpatizantes de su partido? Seguramente sí, aunque si en el Salón de Plenos no estuvieran todos en los momentos felices,  y surja la duda de que apoyen cuando arrecie el temporal.

Demos tiempo al tiempo, que sin prisas y sin pausas,  iremos analizando actitudes y comportamientos, pactos y desafecciones, (de todo habrá), y deseemos que,  en lo posible, y con la contribución de cada uno, tengamos un horizonte más halagüeño mañana  que el de hoy,  amenazado por oscuros  nubarrones. ¡Suerte a todos!
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Fotografías:
Nº 1.- Raquel González, PP.
Nº 2.- Luis Briones, PSOE.
Nº 3.- Ignacio Díez, PCAL.
Nº 4.- Máximo Pastor, IU.
Nº 5.- Javier Avila, UPyD.
Nº 6.- Alfonso Sanz, CCD.