Cuanto más tiempo pasaba, más se deterioraba la imagen personal de ZP, y más se hundía la economía, por muchas cataplasmas ideológicas y propagandísticas que pusieran sus apoyos políticos y medios de comunicación afines. Fray Josepho (21 de junio de 2010) sólo le pedía una cosa, sin desearle ningún mal, y en eso coincidíamos muchos españoles, como después veremos.
No te deseo ningún mal, Zapatero
No quiero que te enfermes, Zapatero,
ni sufras malestares o dolores.
No quiero que te quejes ni que llores
ni que te salga un grano en el trasero.
No quiero que te muestres lastimero
ni que estornudes, tosas o expectores.
No quiero que te aflijas con ardores,
con gripe o con tortícolis. No quiero.
No quiero que te agobien las fatigas
ni que tu escroto froten con ortigas,
ni que por hemorroides convalezcas.
No quiero verte enfermo o dolorido.
Y en cambio, con gran énfasis, te pido
que de una puta vez desaparezcas.
Y así, entre verso y verso, fueron pasando los meses, el paro aumentando y el año 2010 acercándose al final...
El día 28 de octubre de 2010 publiqué en este blog “Good bye, ZP!”. Pasados diez meses podemos ver que las ideas ayer expuestas conservan hoy la misma fuerza, sin conocer entonces si Zapatero había decidido si presentarse o no a la elecciones generales. Se analizaba la doble alternativa:
a) Si ZP se presentaba a la reelección, sus resultados podrían ser catastróficos y afectar negativamente en los candidatos socialistas a alcaldías y autonomías, por lo que algunos de sus “barones” presionaban para que abandonara el barco cuanto antes. Todos sabían que la crisis podía pasarle una factura semejante a la que Hoover tuvo que pagar por no atajar la crisis de 1929, quien consideró “a la Gran Depresión como una crisis pasajera… subestimando la profunda crisis existente". Por lo cual Herbert Hoover se hizo muy impopular ante la opinión pública.
b) Y si no se presentaba, aún peor. Todos pensarían que el entuerto se lo dejaba al siguiente, y que gozando de las simpatías y el éxito mientras las cosas iban bien, fue incapaz de gobernar cuando las circunstancias se volvieron desfavorables. La fatídica disyuntiva, o cruzar la línea que pudiera llevarle a una derrota sin paliativos, o retirarse por la puerta trasera, se resolvió con la segunda opción. El artículo terminaba así: “Más pronto que tarde retumbará un estruendoso Good-bye, ZP! Y se lo dirán sus compañeros del partido socialista o los ciudadanos en las urnas”. Aún retumba el eco del adiós.
Con la entrada del año nuevo 2011, muchos españoles animaban a ZP a que adelantara las elecciones generales, porque para dimitir no estaba. Sería demasiado el deshonor y deseaba pasar a la historia como un héroe. No obstante, nuestro poeta Fray Josepho, el 17 de enero, seguía erre que erre, por si ZP se animaba…
Que no dimitas, Zapatero
Que ahora no dimitas, Zapatero.
Que no, que ni de coña, ni de chiste.
Que por lo que más quieras, tú resiste.
Que si no continúas, yo me muero.
Que no renuncies, hombre, que te quiero.
Que anímate, por Dios, que no estés triste.
Que vas a ser de nuevo aquel que fuiste:
el Bambi filantrópico y de acero.
Que no abandones, tío, que no ceses.
Que no te desanimes ni te estreses.
Que tu radiante estrella no se acaba.
Que no te vayas, hombre, José Luis.
Que ahora no lo dejes, porfaplís.
¡Que si dimites llega Rubalcaba!
Comenzó la precampaña electoral para las municipales y autonómicas, y Zapatero, hipnotizado por su optimismo simplón, llegó a creer en la “baraka” que le había acompañado hasta el presente, y que con ella podría dar la vuelta a las encuestas y ganar o perder por la mínima. El batacazo recibido fue descomunal: no ganó ni en una sola de las 13 comunidades en las que se celebraban elecciones, y en la municipales no conservó ni sus feudos históricos, como Barcelona, Sevilla o La Coruña…Zapatero se responsabilizó personalmente de la derrota, más de palabra que de hecho, aunque lo achacó a la crisis mundial de la que él no era culpable, y a que los españoles no habían entendido su mensaje y sus certeras medidas necesarias…
Con el nombramiento de Rubalcaba como candidato del PSOE a las generales, y viéndose Zapatero presionado por todos los sectores, anunció el 29 de julio el adelanto electoral por todos deseado, fijando el 20 de noviembre como la fecha elegida. Pero su agonía había comenzado el 2 de abril, cuando anunció su despedida, y su soledad en el partido se hizo patente al presumir de primarias en el PSOE y tener que aceptar a Rubalcaba por aclamación, que era lo que el candidato perseguía.
Zapatero insistía una y otra vez en su intención de agotar la legislatura. Incluso lo hizo el 18 de junio en San Petersburgo. Otros dirigentes socialistas tampoco estaban por el adelanto electoral. Marcelino Iglesias dijo distintas veces en junio que el “objetivo del PSOE y del gobierno era acabar la legislatura”. Manuel Chaves, el 19 de julio, confirmaba que “lo más conveniente para los españoles y para la economía era llegar a marzo”. Rubalcaba hablaba de los efectos nocivos del adelanto electoral en Portugal, y Ramón Jáuregui, el domingo 24, aseguraba que “el adelanto electoral sería lo peor para España”. Sin embargo, el 29 de julio, Zapatero afirmó que su adelanto electoral era una decisión “meditada” y “que la tenía tomada desde hacía tiempo”. Como podemos observar, es una contradicción más en su discurso inestable e incoherente. Esta falta de seriedad y contrasentidos desacreditan “a un gobierno que no les dice la verdad a sus ciudadanos”.
El todavía presidente justificó la decisión porque pretendía generar “certidumbre y estabilidad” y porque “es la fecha que nos permite terminar las reformas que considero sustanciales para la recuperación económica y del déficit público”. El tiempo nos confirmará que no acertó en lo primero y no realizó lo segundo.
El calendario previsto será el siguiente:
29 de julio: Zapatero nos anuncia la fecha de las elecciones generales.23-25 de septiembre: se celebrará la conferencia política del PSOE.
26 de septiembre: Zapatero ordenará la disolución de las Cortes.
27 de septiembre: Se publicará en el BOE la convocatoria electoral.
7-9 de octubre: el PP celebrará su convención nacional.
5 de noviembre: Comienzo de la campaña electoral.
18-19 de noviembre: fin de la campaña electoral y jornada de reflexión.
20 de noviembre: Elecciones generales.
13 -20 de diciembre: Posible sesión de investidura.
Final de diciembre: Tomará posesión el nuevo gobierno.
A ZP ya le queda poco y nos dejará con una mano delante y otra detrás. ¿Podremos remontar esta crisis? Mal lo tenemos
ResponderEliminarAl anónimo anterior.
ResponderEliminar¿Crees que si entra el SR. Rajoy, que entrará, lo arreglara esto en poco tiempo con una varita mágica? Va a ser que no, y para nuestra desgracia.
Se han bajado los pantalones ciertos concejales por dar la liciencie provisional para dar toros durante las fiestas en la plaza cubierta de un empresario que ha engañado a unos y a ootreos, ha engañado a todos los que se han dejado engañar. Tenemos lo que nos merecemos y ademas los hemos elegido nosotros mismos. Asi hasta las elecciones futuras, sin escarmentar.
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