Efectos sin causa y "La máquina de volver calcetines"

La Física dice que a toda acción sucede una reacción, y la Metafísica confirma que a toda causa sigue un efecto, o que no hay efecto sin causa. La crisis que hoy padecemos  se gestó en un momento concreto y alguien fue responsable. Los mensajes sobre "recortes"  que hoy  nos llegan no son nuevos ni en contenido ni en estrategia. Es el mismo ruido del viejo argumento.

En el segundo debate televisivo entre González y Aznar previo a las elecciones de 1993, el  presidente aseguró que si el aspirante llegaba a gobernar, las pensiones de los jubilados bajarían 8.000 pesetas al mes.   Felipe salió airoso del envite ganando las elecciones, pero en 1996 tuvo que adelantarlas y  las perdió. Nada más llegar Aznar al poder pidió un crédito sindicado para pagar  las pensiones de julio porque la caja estaba vacía…No sólo no bajó las pensiones en sus ocho años de gobierno, sino que dejó un sustancioso fondo para que ese hecho no volviera a suceder, pero los "recortes" habían sido anunciados...

La España que el PP heredó no cumplía ninguna de las condiciones que le permitieran entrar en la Europa del Euro, por lo que tuvo que adoptar severas medidas de ajuste económico, destacando la congelación del sueldo de los funcionarios como una de las  más dolorosas y complicadas. Los sindicatos respondieron  con las huelgas que no habían hecho poco antes cuando los socialistas impusieron la misma medida contra los empleados públicos. Las alegrías  de 1992 pasaban factura. El ayer se nos hace presente quince años después: unos se lo  gastan (o despilfarran),  pero los malos ( o los tontos) son los que vienen después intentando enmendarlo.

Con la presunta bajada de las pensiones, el PSOE puso  en marcha un ventilador de insidias y falacias para ingenuos y convencidos que no pasó desapercibido a pensadores críticos.  A finales de 1999, Antonio Burgos escribió un artículo titulado “La máquina de volver calcetines” en el que con guasa y humor desenmascaraba  la estrategia socialista del que extraemos algunos párrafos:

“…El PP, un poner, hace el desembarco en Normandía, ¿no? Bueno, pues yo no sé cómo se las avían sus adversarios postfelipistas, que en un periquete hacen creer a España entera que eso no es el desembarco de Normandía, sino que estamos ante la retirada de Dunkerke. Cómo saben dar en cada instante en el trigémino exacto de la opinión, cómo saben manipular, engañar, mentir, calumniar, es un misterio insondable que debe de estar en algún Libro Gordo de Petete con el operativo que tendrán todos.

…Llegan con el destornillador de Corcuera y, zas, ponen en marcha la máquina de volver calcetines. Eso es lo que creo que tienen: una máquina de volver calcetines, de transformar lo blanco en negro. Son capaces de tener éxito en un circo afeitando a la mujer barbuda, de ganar la Liga de Baloncesto alineando a Los Enanitos Toreros. …Gracias a la máquina de volver calcetines, ahora hasta va a resultar que quien ha puesto la economía de dulce ha sido Almunia.”

El candidato socialista recibió el artilugio de volver calcetines y argumentos, pero en las elecciones del año 2000 no funcionó. Fue severamente vapuleado y  dimitió tras conocerse los resultados. 

La segunda legislatura de Aznar  no fue  ni aburrida  ni sosegada. Con el “Prestige” llegó el “Nunca mais” sin acordarse del accidente del “Mar Egeo" en 1992  en La Coruña. Luego vino la guerra de Iraq sin mencionar la del Golfo ni el bombardeo de la OTAN de Solana  en Yugoslavia…Y terminó con los atentados del 11-M de 2004, obra de Al Qaeda  por la presencia de España en Iraq que no en Afganistán según nos dijeron. La jornada de reflexión se cerró con asaltos a sedes del PP y agresiones a sus miembros, pero la máquina de volver calcetines, manejada esa vez por Rubalcaba, minusvaloraba los hechos. Lo importante era   la búsqueda de la verdad ocultada por un gobierno mentiroso, seguían diciendo. Ocho años después  de los atentados aún desconocemos la verdad, y queremos saber lo ocurrido.

 Zapatero  ganó las elecciones y heredó las arcas llenas. Engrasaba la máquina de volver calcetines mientras  se enorgullecía de su obra: bajar el paro al 8,5%, (sin decir que Aznar lo recibió con el 23% y lo dejó en el 10%), de tener una economía saneada y la mejor banca del mundo, sin burbujas inmobiliarias ni pufos bancarios…y además jugábamos en la Champions League de las naciones. 

El Presidente socialista, tocado de un tonto  buenismo, no estaba preparado para una crisis por lo que ni la reconoció ni la asumió como propia. Cambió el programa de la máquina y a la crisis se la llamaba cualquier cosa menos crisis. Y volvió a funcionar en las elecciones de 2008, pero no en el exterior, donde se dieron cuenta de que los calcetines estaban agujerados. 

En  mayo de 2010, Zapatero hizo lo que le impusieron desde fuera para evitar la bancarrota de una España quebrada y lastrada por  cinco millones de parados (21%), cambiando su discurso y pretendiendo que su máquina hiciera lo mismo. Pero la manoseada máquina estaba diseñada para dar una vuelta al calcetín y no dos, por lo que dejó de funcionar en las municipales y autonómicas. Los  españoles no compraron los calcetines con tomates. El PSOE perdió poder y votantes, arrinconó a su  líder ZP y confió su recuperación a uno de los inventores y  en el más experto en  la máquina de volver calcetines, Rubalcaba.

Alfredo para los amigos, se pasó la precampaña electoral y la campaña entera difundiendo que Rajoy recortaría el estado del bienestar en las pensiones, en la educación, en la sanidad, en infraestructuras…y en todo lo imaginable. ¿Le gustará y deseará  sin pensar en el bien de los ciudadanos? ¿Será su fin el ganar las elecciones  para recortar y hacer amigos?¿Serán los del PP y especialmente Rajoy masoquistas empedernidos?  
 
 Alfredo repetía constantemente que el PSOE era el garante de las conquistas sociales sin explicar jamás en qué estado lamentable  dejan España, a la vez que achacaba a Rajoy que no decía lo que haría... La historia vuelve a repetirse: unos gastan (o despilfarran) y  otros, los malos (tontos o recortadores) son los que tienen que arreglar el desaguisado que les dejan. Pero la máquina ya no era la misma: no funcionaba y perdía votantes en cada vuelta que daba y en cada calcetín que rompía...

 Tras el 20-N, la debacle socialista no tiene precedentes. Ahora, en la oposición, sólo cuentan  con la misma y vieja máquina que sólo pregona recortes y más recortes,  subidas de impuestos y malos tiempos para los menos pudientes y  con el maestro experto de su manejo. Pero esta vez es  posible que Rubalcaba y los socialistas  digan la verdad sin pretenderlo,  porque ellos saben la herencia que entregan y Rajoy desconoce la que recibe. La  situación me recuerda aquella escena que Jaime Capmany contaba de una mujer romana que gritaba a su apesadumbrado marido: “Caprone, caprone…y si yo te lo digo, puedes creerlo”.

Yo también creo que  vistos los polvos que nos dejan, tendremos lodos para tiempo.