Desde la izquierda se ha criticado con desmesura la intención del Gobierno del PP de sustituir “Educación para la Ciudadanía” (EpC) por Educación Cívica y Constitucional” (ECC), esperando que ésta no entrañe “adoctrinamiento ideológico” para los alumnos, según palabras del Ministro de Educación. Quienes han achacado “carácter adoctrinador” a EpC, dicen que en su programa existen temas de educación sexual (equiparación de homo y heterosexualidad como actitudes idénticas), matrimonio homosexual (España fue el 4º país de mundo en 2005 en reconocerlo), ideología de género, nuevos modelos de familia, construcción de la conciencia moral del alumno por parte del Estado, y relativismo moral que no corresponden al Estado. De ahí que surgiera un movimiento de objetores a EpC, agrupados en la Federación España Educa en Libertad (EEL). Sus demandas y recursos llegaron al Tribunal Supremo, que en 2009 sentenció (en casos concretos) que los contenidos no atentaban contra principios morales o religiosos, y los padres podrían recurrir contra manuales concretos. El fallo del Tribunal Supremo está recurrido ante el Tribunal Constitucional y ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que aún no han emitido su fallo.
¿Pero se puede ser realmente neutral en cuestiones como éstas? Una cierta “ideologización”, en un sentido u otro, depende de tres factores:
a) Libros de texto utilizados (y de otro material didáctico que llegue al aula), cuyo contenido es constatable y evaluable.
b) Nivel de compromiso con una u otra ideología del profesor de turno. Dado que se reconoce la “libertad de cátedra”, será difícil calificar de adoctrinador a un profesor. ¿Quién lo evaluará como tal?
c) El tipo de centro: estatal, religioso, laico… La existencia o falta de ideario son distintivos que los padres de alumnos pueden hacer valer para elegir un colegio u otro, pues de ello pueden extraer en parte la información sobre lo que esperan y desean.
En defensa de la ideologización de EpC suele decirse que los mismos que la critican reciben clases de Religión Católica, donde solo hay una doctrina y un dogma, y ése sí que es un adoctrinamiento, lo cual no es ningún descubrimiento, puesto que hace años se llamaba “doctrina cristiana”. La única diferencia entre una y otra es que la asistencia a clases de Religión es voluntaria y la evaluación de la materia no es computable, y la EpC es obligatoria y su nota cuenta tanto como cualquier otra asignatura.
Antes de las declaraciones del Sr. Wert a la Cadena SER, el periodista Ignacio Escolar exponía en su “Requiem por la ciudadanía” que:
- “La materia (EpC) no era adoctrinadora ni atacaba a la familia ni a la libertad ni a sus padres ni a sus hijos”.- "Existió una campaña manipuladora contra EpC basada en un ensayo (“Educación para la Ciudadanía. Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho”), que no era un libro de texto, que nunca se usó en los colegios ni fue homologado por el Ministerio de Educación. Y que el ministro miente cuando cita como ejemplos de adoctrinamiento párrafos de ese ensayo".
En su artículo siguiente, “El Ministro Wert se traga las mentiras sobre ciudadanía”, añade que jamás se ha enseñando en ningún colegio de España y se pregunta si “¿Rectificará el Gobierno cuando descubra que ese “adoctrinamiento jamás estuvo en el Aula?”
Desde la SER, desde “Público” y otros diarios insisten en que el libro citado no es un manual de texto, sino un ensayo. Y lo mismo dicen sus autores y la editorial Akal. La ofensiva consiste exclusivamente en demostrar que no se trata de un libro de texto, y como consecuencia no existe manipulación ideológica en la materia EpC, que instituyó el Gobierno de Zapatero, sin examinar si podía haberla o no en otros textos de esa misma editorial o de otras diferentes.
El Ministerio de Educación se limitó a responder a las críticas diciendo “que el libro se incluye en una colección titulada "Biblioteca de Aula" y por tanto va dirigido a la comunidad educativa y en ese sentido "ha podido llegar a cualquier colegio y a cualquier alumno".
Akal vuelve al ataque insistiendo en su desmentido y acusando al ministerio de "haber mentido en un primer momento, y ahora en vez de reconocerlo o callarse, insiste en el despropósito enturbiando el asunto para enmascarar su error".
¿Tienen razón quienes afirman que “Educación para la Ciudadanía. Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho” no es un libro de texto? ¿Tienen razón quienes niegan u ocultan la existencia de libros de texto de EpC que puedan resultar adoctrinadores? Lo veremos en el próximo capítulo.
Es, sin duda, una importante colaboración la que el lector Chemaranda tiene con este blog al que aporta experiencia docente, objetividad en sus opiniones, tan necesaria hoy día, y nivel en sus escritos. Gracias, Chemaranda.
ResponderEliminarFueron muchas las aportaciones de su último mensaje en contestación a preguntas de otro lector. Hoy quiero referirme a una muy importante que no quiero que pase desapercibida para aquellos que el mundillo educativoles sea ajeno. Me refiero a la “Educación Doméstica” que mencionaba en su segundo párrafo y que de forma sintética nos dejó explicada. Creo que es un tema que podremos tratar en profundidad por lo que de novedoso (lo de práctico en nuestra población es otra historia) pueda tener para algunos padres. Lo intentaremos próximamente, ya que la “Educación y la Enseñanza” son un objetivo claro de este blog.
Saludos a todos los lectores
Están preparados intelectualmente nuestros jovenes para recibir esa carga de ciertos libros escritos desde la izquierda y explicados por gente de izquierda para ver si caen los que no son de izquierdas? Seria manipulacion de jovenes y indefensos?Si mis hijas habrian tenido esos libros y esos profesores lo habria denunciao
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