27 de mayo de 2013

Servicio privado, público y semipúblico. (I de II). Sector educativo.

La educación y la sanidad son dos de los derechos más importantes que tienen los ciudadanos y los dos servicios públicos demandados con mayor rigor, probablemente,  por constituir la base del llamado “Estado del bienestar”. Dada la gran cantidad de recursos económicos a ellos destinados, la sociedad exige a todos los responsables unas prestaciones de la máxima calidad.

No obstante, existe una diferencia notable entre ambos derechos, reflejada en la Constitución Española y silenciada, a veces, sin saber por qué. El derecho a la libertad de enseñanza y a la educación se recogen en el Art. 27 de la C.E. dentro del Título I (De los derechos y deberes fundamentales), Capítulo Segundo (Derechos y libertades), Sección 1ª (De los derechos fundamentales y de las libertades públicas). La protección de la salud se recoge en el Capítulo Tercero (De los principios rectores de la política social y económica), que así aparece:
Art. 43.
1.-  Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
2.- Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de modelos preventivos y de las prestaciones y servicios necesarios. La Ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto.

Es incuestionable la unanimidad entre los demandantes: todos quieren el  mejor servicio al menor costo posible, porque sólo de esa forma se asegura su sostenibilidad en el tiempo. Se aprecia, sin embargo, incoherencia en una parte de la sociedad en cuanto a sus formas de  acceso: 

En Educación se dispone de centros gratuitos para las familias, los públicos y los concertados (con cuotas “voluntarias”),  y de pago, privados, por lo que pueden elegir (no siempre) entre los colegios gratuitos existentes. Está por demostrar que el nivel educativo  de un concertado sea menor que el de uno público y que sea más oneroso para el Estado. Si las distintas administraciones  educativas mantienen conciertos es porque hay demanda suficiente. Quienes opinan, por motivos ideológicos,  que toda la enseñanza obligatoria, y por ende gratuita, debiera estar en manos del Estado   están abogando por una directriz única, alejada de la libertad de pensamiento y olvidándose del Art. 27 de la C.E. Y quienes desean que la enseñanza concertada debe extinguirse porque es un lucrativo negocio para los propietarios de los colegios,  a costa de los recursos públicos, debieran explicar quiénes se benefician económicamente en la enseñanza pública cuando su coste económico no es inferior en igualdad de condiciones. Personalmente creo que el mayor costo de la enseñanza pública no es achacable a su profesorado.

¿Por qué hay sectores concretos de la sociedad contrarios a la enseñanza concertada si no es  más cara que la otra, es satisfactoria para los usuarios y cumple con los estándares educativos exigidos? ¿En qué tipo de intereses ideológicos o grupales  basan su oposición? Se dirá que la mayoría de los centros concertados son de ideario religioso católico y España es un Estado aconfesional. Se repite con frecuencia que  son selectivos con  el alumnado y que no suelen atender casos de  necesidades educativas especiales por falta de personal del área correspondiente,  derivándolos a la enseñanza pública. Y se constata que no en todas las localidades existen, por lo que la elección está restringida a las ciudades. Pero es un hecho cierto que en los lugares donde coexisten ambos tipos de centros, los concertados tienen demanda suficiente, y alguna explicación habrá.

Quienes se oponen por ideología tienen la posibilidad de fundar su propio centro y en él desarrollar su proyecto educativo, cumpliendo los mismos criterios y normativas fijados para los conciertos. Como se supone que tendrán clientela  abundante, podrán realizar la labor social que propugnan. E incluso demostrarán que es un buen negocio para ellos,  y para el Estado.

Este mismo pensamiento del sector educativo, ¿Será trasladable al sanitario? Lo veremos en el próximo capítulo.

20 de mayo de 2013

Deshaucio, escrache y dolor


Con sus acciones,  han pretendido los escrachadores que los parlamentarios del PP tuvieran en cuenta el millón  y medio de firmas que solicitaban la figura de la dación en pago,  con carácter retroactivo,  en la nueva Ley Hipotecaria que se tramitaba en las Cortes. Si ese número es importante, más deben serlo los casi once millones  de votos que sustentan al Gobierno. Violentar  el ánimo del legislador  con manifestaciones ante sus viviendas, con violencia o sin ella, supone mermar su independencia. Y si esas presiones se sustentan en suposiciones y animadversión política, menos justificadas están.

Un solo caso de una familia necesitada y obligada al abandono de la que era su vivienda por impago de cuotas supone un fracaso y un enorme  sufrimiento. Hoy no hablaremos de los posibles responsables; intentaremos conocer la situación real hipotecaria de España, para saber si están fundamentadas ciertas campañas mediáticas que denuncian un "gigantesco drama social”  que puede llegar al “genocidio”.

Al no analizar suficientemente los datos  de una información del Consejo General del Poder Judicial se ha llegado a unas conclusiones erróneas que han servido de base a dichas campañas. Quizás los párrafos siguientes aclaren la situación:

 “Según el CGPJ, el  número de ejecuciones hipotecarias presentadas en los juzgados asciende a un total de 415.117 entre 2008 y 2012, a un ritmo medio de 83.000 casos al año. Sin embargo, la PAH obvia que no todas las ejecuciones acaban en desahucio (lanzamiento o desalojo) y que, además, la inmensa mayoría de éstas no afectan a la primera y única vivienda. Las ejecuciones y lanzamientos que contabiliza el Poder Judicial incluyen todo tipo de procesos: inquilinos expulsados por no pagar el alquiler, segundas viviendas, extranjeros que regresan a su país de origen y abandonan el piso, promociones inmobiliarias requisadas a la empresa deudora o demandas judiciales en las que al final se llegó a un acuerdo.
…lo que el común de los mortales entiende por "desahucio": desalojar por la fuerza (vía judicial) a una familia de su única propiedad (vivienda habitual) por impago de hipoteca. Tanto es así que el propio Poder Judicial tuvo que matizar que los desahucios de primera vivienda apenas ascenderían a 25.000 desde 2008 (el 10% del total de ejecuciones hipotecarias), en línea con las estimaciones ofrecidas por las entidades financieras.”

El Banco de España ha publicado recientemente (10.05.2013) una “Nota informativa sobre la presentación de una nueva estadística de procesos de ejecución hipotecaria sobre viviendas” que distintos medios han recogido de forma diferente y alguna bastante distorsionada. Veamos dos titulares que introducen sendos artículos y que el lector juzgue:

1.- “Apenas 14.000 desahucios en 2012. El Banco de España tumba los argumentos de Ada Colau. Sólo en 2.405 casos la vivienda estaba ocupada cuando la autoridad judicial ejecutó la sentencia; apenas en 355 fue necesaria la fuerza pública”.

Ésta otra  que no tiene desperdicio:

2.- "La banca desalojó por la fuerza de su casa al menos a 2.405 familias en 2012. El Banco de España pone en marcha una estadística sobre ejecuciones hipotecarias.Calcula que hubo 32.500 desahucios durante el pasado año y 14.000 daciones. Un desahucio en España cada 15 minutos"

¿Y qué dice realmente el estudio del Banco de España? El cuadro resumen y algunas conclusiones que  se adjuntan son suficientes argumentos para desmontar  campañas basadas en cifras falsas.

*Hipotecas registradas en las entidades de la muestra.
**En las entregas judiciales de viviendas ocupadas, se requirió la intervención de la fuerza pública en 355 casos en viviendas habituales y en 109 casos en otras viviendas.
________________________
Algunas conclusiones. De los datos obtenidos, que se resumen en el cuadro anterior, se puede concluir:
- El número total de entrega de viviendas ocurrido en el año 2012 ha sido de 39.167, de ellas, 32.490, vivienda habitual. En proporción al número total de hipotecas a los hogares para adquisición de vivienda esto supone, respectivamente, un 0,58 % y un 0,53 %.
-Las daciones en pago supusieron en 2012 un 40 % del número total de entregas de viviendas (15.826), siendo el 43 % en relación a las entregas de viviendas habituales (14.110).
- Del total de entregas judiciales de vivienda (18.195), en un 84 % de los casos la vivienda estaba vacía en el momento de la posesión; en entregas judiciales de viviendas habituales (14.165), la vivienda estaba vacía en el momento de la posesión en un 83 % de los casos.
- El 85 % de las hipotecas que dieron lugar a entregas judiciales de viviendas ocupadas en 2012, se originó en el año 2007 o antes de ese año.
(Fuente: Banco de España)
... .... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

Y ahora, visto lo anterior, ¿Dónde están esos cientos de miles de casos de graves deshaucios? ¿No será mejor gastar las energías en buscar soluciones justas para todos los problemas concretos y reales  que se están dando y se darán? Medios hay para hacerlo, y con voluntad será posible.

13 de mayo de 2013

La tentación bolchevique (II de II)

Salvando las distancias en el tiempo, entre las circunstancias socio-económicas de la Rusia zarista y las de la España actual, monarquía parlamentaria, se aprecia alguna analogía y diferencias importantes, como también las hay entre la toma del Palacio de Invierno de San Petersburgo y el pretendido “asedio” o “rodeo” del Congreso de los Diputados de Madrid.

Llama la atención el nuevo fracaso del devaluado movimiento  “25-A”, proveniente del “25-S” que hunde sus raíces en el “15-M”. Si con más de seis millones de parados, una economía maltrecha y un malestar y hartazgo generalizado de los españoles contra los corruptos,  despilfarradores e inútiles de los que se nutren los partidos políticos gobernantes y de oposición, este movimiento sólo ha sido capaz de reunir unos escasos mil asistentes algo serio ocurre. Y eso que sólo en Madrid conviven más de tres millones de personas.

Si además cuenta con altavoces y propaganda de medios de comunicación y algún partido político afín, ¿Cómo es posible que consigan tan escasa concurrencia a pesar de creerse “mayoría” al igual que los bolcheviques de Lenin? La realidad los retrata como una exigua minoría, a pesar de considerarse los representantes de los españoles y arrogarse lemas y pancartas tan desgastados como ese de “El pueblo unido jamás será vencido…”

Y si incluyen entre su simbología banderas no propias  de España a la que  dicen representar,  no es de extrañar que la mayoría de los españoles se abstenga de asistir. ¿Cuántas banderas constitucionales ha habido en todas sus manifestaciones? ¿Y pretenden gobernar sin sus símbolos y con símbolos ajenos? ¿Qué tipo de banderas enarbolaban y qué representaban?

Aquel movimiento primero del 15-M quedó fagocitado por la izquierda radical y los antisistema. Aquel pensamiento  que decían libre ha quedado controlado por comisarios políticos –hoy y aquí poco sentido tiene hablar de soviets- que actúan por orden de un amo oculto. Y la exposición de ideas se ha cambiado por otra más rudimentaria con la utilización de piedras, palos y bengalas.

¿Qué se pretendía con el “asalto”,  y luego “rodeo”,   al Congreso  con los Ministros y Parlamentarios, representantes legítimos  del pueblo español? ¿Por qué hoy afloran la tensión y la crispación que no hubo en tiempos del talante con motivos tan graves como los de hoy y origen de los acrtules?

Suponiendo que hubieran asaltado el Congreso cuando lo pretendieron, ¿Qué hubieran hecho al día siguiente? ¿Cambiar una casta política conocida por otra más opaca que “no tolera el actual ejercicio político y económico”? Si pretenden desalojar del poder a unos  elegidos y colocar a otros sin serlo,  mal camino llevan. ¿Por qué no han formado un partido político y han acudido a las elecciones? Puesto que eran “la mayoría”, seguro que las habrían ganado y podrían desarrollar su programa.

Se critica las ayudas dadas a la banca y se demanda la creación de un banco público, sin darse cuenta de que gran parte de la ayudas ha ido a parar  a las Cajas de Ahorros, que eran una banca pública encubierta,  gobernada por políticos, sindicatos, empresarios, empleados, representantes de municipios, y otros obedientes digitales…¿Qué se hizo mientras duró la fiesta? Nada. 

Hablan de recortes en Sanidad y Educación, diciendo que este gasto social acapara más del  70% del total y constituye la base del Estado del Bienestar, del que no se puede  restar nada. Sin embargo no se concreta si esos dineros están bien empleados y  son  eficientes, o alguna parte del pastel viaja a  bolsillo ajeno y a tapar bocas de liberados que mantengan la paz social…

 Tanto repetir al misma cantinela “Que no, que no nos representan, que no”, han terminado por creérsela y autoproclamarse ellos mismos los legítimos representantes del pueblo sin pasar por las urnas.  De una forma mejor o peor,  los unos han sido refrendados por millones de ciudadanos, y los otros, ¿A quién representan por muy mayoritarios que crean ser?

Si estos restos de aquel movimiento de  indignados hubieran empezado pidiendo  firmas y presentando querellas contra todos los que nos han llevado a la ruina, con el ejemplo presente de Islandia, hubieran tenido razones, argumentos y credibilidad en la propuesta.  Todo  lo demás es ruido y crispación.

Dicen que “¡Esto es solo el principio!”,“¡Lo llaman democracia y no lo es!”. Exigen  “¡Democracia directa y participativa!” aunque sin configurar un proyecto que pueda ser estudiado, analizado e incluso apoyado. Simplemente se han quedado colgados del eslogan.

Pedir la dimisión de un Gobierno legítimo que no lleva ni año y  medio, sin examinar las circunstancias en las que llegó,  es cuando menos una desmesura. A cada Gobierno ha de asignársele su haber y su debe con ecuanimidad. Y reclamar la disolución de las  Cortes y un período constituyente es otra más. No puedo estar de acuerdo con su  repetido mensaje: “Nos han quitado la soberanía. El Congreso es de todos y ya no nos representa. Nos han quitado todo y esto es una dictadura, un Estado opresor. No queremos una reforma, sino una ruptura” porque aunque lleguen a creerse que la conquista del poder a cualquier precio sale barata, las consecuencias nos saldrán muy caras los demás.

7 de mayo de 2013

La tentación bolchevique (I de II)

El uso inapropiado del lenguaje y la comunicación intencionadamente distorsionada de la realidad se han convertido en elementos fundamentales de la confusión y propagación de mitos y eslóganes a lo largo de la Historia. Con frecuencia se repiten hechos pretéritos (“nihil novum sub sole”) con apreincia de nuevos.
El Partido Socialdemócrata Ruso se escindió en dos partes desiguales en el Congreso de Bruselas en 1903. La fracción minoritaria, dirigida por Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) se puso el nombre de “bolchevique” (del ruso “bolshevik”, que significa "mayoritario"), mientras que el grupo mayor verdadero, como contrapunto del anterior por su etiqueta discordante, pasó a denominarse “menchevique” (del ruso “menshevik”,  que designa lo “minoritario”).

Tras la derrota de su Revolución de 1905, los bolcheviques mantuvieron la estrategia de establecer una dictadura de obreros y campesinos con los “soviets” como organización básica de la sociedad socialista rusa. Los bolcheviques también participaron en la siguiente revuelta fallida de julio de 1917. La diferencia entre bolcheviques y mencheviques radicaba en que mientras los primeros eran partidarios radicales de la conquista violenta del poder, los segundos preferían el reformismo.

En febrero de ese mismo año 1917 había estallado otra revuelta, por la que el Zar Nicolás II se vio obligado a abdicar. La Duma nombró Ministro de la Guerra y Jefe del Gobierno Provisional a Kerenski, quien en agosto de ese mismo año sofocó el Golpe de Estado del general zarista Kornilov.

La revolución de octubre (noviembre para los no rusos) de 1917 fue liderada por Lenin, aunque en San Petersburgo (Petrogrado) fueron los bolcheviques presididos por León Troski quienes contribuyeron decididamente a su triunfo.
El 24 de octubre (6 de noviembre), Kerenski reclamó unas tropas que nunca llegaron o que en parte se unieron a los bolcheviques, y acudió al Preparlamento para solicitar un apoyo incondicional que no obtuvo. Los socialistas moderados aprobaron, en cambio,  una moción de ayuda al Gobierno con la condición de adoptar  ciertas medidas radicales, reclamadas desde meses atrás. Kerenski rechazó la propuesta y pretendió resolverlo en solitario.

Entre la tarde y la noche de ese mismo día y la mañana del 25 de octubre (7 de noviembre), las tropas insurrectas bolcheviques  con Lenin al frente, tomaron  Correos, Telégrafos, el Ferrocarril, el Banco Estatal, los puentes y todos los puntos estratégicos de San Petersburgo. Kerenski salió de la ciudad con la pretensión de reunir un ejército suficiente que aplastara la rebelión ya  victoriosa de los bolcheviques.
Tras adueñarse de los principales edificios gubernamentales, se lanzó el asalto final sobre el Palacio de Invierno durante la noche del 26 de octubre (8 de noviembre), logrando su ocupación tras vencer la escasa resistencia de los cosacos, el Batallón de Mujeres y algunos cadetes.

La propaganda bolchevique, incluida su filmografía, se encargó años después de mostrar al mundo la toma del Palacio de Invierno como una gran conmoción social, con feroces luchas, cuando en realidad los insurgentes consiguieron entrar fácilmente en el edificio, en el que aún permanecían los ministros del  Gobierno Provisional  sin la presencia de Kerenski.

Curiosamente en España se contribuyó también a la creación y mantenimiento del mito de la toma del Palacio de Invierno, y cuatro días después, el diario “El Pueblo Vasco”, bajo el título de “Los sucesos de Rusia. La anarquía ha llegado a extremos inverosímiles”, daba su crónica: «Los marineros del "Aurora" mandaron soldados al Soviet. En sus ataques contra el Palacio de Invierno, al principio dispararon con ametralladores y fusiles; pero las tropas del Gobierno provisional defendieron enérgicamente el palacio». Y reproducía el llamamiento del Soviet de Petrogrado:"El Gobierno provisional está derrocado (?). El comité revolucionario militar se encuentra a la cabeza del proletariado y de la guarnición. La causa por la que lucha el pueblo; es decir la proposición de paz democrática, el control de los obreros sobre la producción y la constitución de un Gobierno del Soviet está asegurada. ¡Viva la revolución de soldados, de obreros, de campesinos!».
(Izda. El crucero Aurora a comienzos del siglo XXI. Un disparo de fogueo de sus cañones de proa señaló el comienzo del asalto final al Palacio de Invierno y causó el abandono de parte de los defensores, atemorizados por la tremenda detonación. Más tarde participó en el bombardeo del palacio, que apenas causó desperfectos en el edificio). Sirva lo anterior de ejemplo de exageración de la propaganda bolchevique. El pretendido bombardeo del crucero "Aurora", anclado en el puerto, no pasó de un disparo de salva según las informaciones más objetivas, y se trató de un terrible bombardeo según otras.

¿Qué ocurrió después de que los bolcheviques se apoderaran de la ciudad de San Petersburgo (Petrogrado)? ¿Cómo se plasmaron realmente los proyectos comunistas de democracia, libertad y participación del pueblo en su propio destino? El siguiente texto nos lo resume  perfectamente:
 (El nuevo Gobierno presidido por Lenin, el Consejo de Comisarios del Pueblo, en una imagen de comienzos de 1918, ya con presencia de los socialrevolucionarios de izquierda)
 “A partir de ese momento, Lenin constituyó un Consejo de Comisarios del Pueblo (bolcheviques todos ellos) que sustituyó al derrocado gobierno, iniciándose así la revolución triunfante soviética y un régimen con ningún parecido con la democracia que conocemos: “El 25 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones para definir a los miembros de una asamblea constituyente para dotar al régimen de una constitución que consagre los principios socialistas. En estas elecciones, los bolcheviques obtuvieron el 24% de los votos y 170 de los 707 escaños. La Asamblea, compuesta en su gran mayoría por opositores al gobierno bolchevique, no reconoció al gobierno como autoridad suprema y se negó a someterse a las decisiones de los sóviets. En la noche de ese día, Lenin invalidó los resultados de la elección y disolvió la asamblea, quedando de esta manera, todo el poder en manos de los bolcheviques. Ya en el gobierno, la facción bolchevique tomó el nombre de Partido Comunista de Rusia (bolchevique) y luego el de Partido Comunista de la Unión Soviética (bolchevique). No fue hasta 1952 en que eliminaron la referencia "bolchevique" del nombre oficial del partido, que pasó a denominarse Partido Comunista de la Unión Soviética”.

Con toda seguridad, el lector habrá encontrado ya cierta semejanza entre los hechos anteriores y las proclamas de la Plataforma “En Pie”, a pesar del cambio de sus lemas.  Desde aquel “Ocupa el Congreso” de 2012 "¡El 25 de septiembre rodeamos el congreso!""¡El 25 de septiembre el pueblo será más soberano!" al  "¡Asedia el Congreso!” del 25 de abril de 2013 sólo ha cambiado el lema permaneciendo intacta la ideología que puede resumirse en este párrafo  del “Documento Base y Hoja de Ruta de la Plataforma “¡En Pie!”
“Este es el momento de apostar por el cambio real, todo aquello por lo que no luchemos ahora, probablemente no tendremos posibilidad de alcanzarlo en mucho tiempo. El 25 de septiembre rodeamos el Congreso… ¡Por la devolución de los poderes al pueblo! ¡Por el fin de las políticas neoliberales! ¡Por la dimisión del gobierno actual! ¡Por la creación de empleo! ¡Por la justicia e igualdad social! ¡Por el respeto a todos los derechos fundamentales y a las libertades individuales! ¡Por unas políticas económicas de igualdad y reparto! ¡Por nuestras futuras generaciones! ¡Por el derecho de rebelión! ¡Abajo el régimen! Somos la inmensa mayoría, somos el pueblo, tenemos razón, y no vamos a dejaros pasar”.

¿Sabrán  estos organizadores de hoy que aquellos bolcheviques de ayer se consideraban  también la "mayoría"  y no lo eran? En el capitulo siguiente analizaremos  por qué pudiendo ser algo más que un escuálida  minoría en las circunstancias actuales, son lo que representan.