19 de octubre de 2015

Los olvidos de los López (Patxi&Óscar), II de II

 Cuando el olvido nos lleva al silencio, el ruido rescata la memoria

En el capítulo anterior pudimos apreciar las opiniones particulares de don Patxi López sobre los refugiados sirios, y otros temas más. Hoy veremos las de don Óscar López. Ambas adolecen de los mismo: desmemoria.

De vez en cuando, y con mayor frecuencia de la deseada, aparece algún dirigente socialista, entre el silencio cómplice de unos y el estupor y desagrado de otros, al que no le importa quedarse en evidencia,  si con ello publicita su ocurrencia de turno y recoge un voto despistado. El otro Sr. López, don Óscar, portavoz del PSOE en el Senado como premio a su éxito electoral a las Cortes de Castilla y León,  no  ha podido contener sus ganas de arañar al PP, utilizando, en este caso, la crisis siria y haciendo bueno el dicho de “ir por lana y salir trasquilado”.

Y es que don Óscar López, desde su escaño de la Cámara Alta,  reprochó al Gobierno de España, según una crónica digital solvente “haberse confundido de país…que la sociedad era más progresista y con más valores que  el Gobierno que va detrás y que Merkel había dado un tirón de orejas a Rajoy”. Quería dar a entender que la cuota asignada a España de más de quince mil refugiados, le parecía poca cosa y quería más y exigía mayor generosidad al Gobierno del Partido Popular. En el cómputo total de cinco de cinco millones de exiliados del régimen dictatorial de Bashar al-Assad, presidente de Siria y del Partido Baath Árabe Socialista, quince o veinte mil no son muchos, y el Sr. López, don Óscar,  pretendió dar una lección de solidaridad teórica. Ni siquiera se esforzó mentalmente en  establecer una cantidad idónea a “la capacidad limitada de España”. Lo había escrito poco antes el otro Sr. López, don Patxi: “Todas las sociedades deben tener unos valores profundos que hacen que sus miembros se sientan partícipes de un mismo proyecto y comprometidos con él. No es solo por solidaridad, es también por nuestra propia decencia, para no tener que vivir con nuestra propia conciencia amordazada.”

Tuvo que ser la Sra. Vicepresidenta, doña Soraya,  quien refrescara personalmente al  Sr. López, don Óscar, su desmemoria y, de paso,  la del otro Sr. López, don Patxi,  recordando hechos recientes del pasado Gobierno socialista de ZP, con relación a 100 subsaharianos procedentes de Libia: "Cuando se pedía a España que acogiera esa cifra de refugiados, el señor Rubalcaba dijo que se haría pero recordando a todos que la capacidad de España era limitada. Para 100 refugiados".

Podía haber ironizado doña Soraya agradeciendo a don Óscar, su reconocimiento implícito de la mejoría económica de España, pero no quiso. Si en tiempos de ZP resultaba complicado acoger a 100 personas debido a la "limitada capacidad de España", según Rubalcaba, hacerlo con quince mil  suponía que las posibilidades actuales se habían  multiplicado enormemente de hecho y no de palabra. Al Sr. López, don Óscar, este dislate no debió preocuparle excesivamente, porque ocasiones tendría en el futuro de superarlo… Anteriormente oyó también de doña Soraya una malévola advertencia: "Para que la comunidad internacional viera su intervención en la mayor crisis humanitaria en Europa, a lo mejor, debería haberme planteado contestar a la pregunta". Cuando alguien se arriesga a practicar electoralismo con el dolor ajeno, se expone a quedar en ridículo si le descubren las intenciones.

Para la Vicepresidenta, la mejor solución a esta situación crítica  es la que lleva el Gobierno: “trabajar con las comunidades autónomas, corporaciones locales y ONGs para dar una respuesta de todos unidos. Así es como queremos trabajar, ni debates estériles ni frases fáciles". Tiene razón,  aunque políticos hay que pretenden hacernos creer que el postureo fácil soluciona problemas complejos. ¡Allá ellos y sus resultados!

1 comentario:

  1. No cabe ninguna duda qeu OSCAR LKOPEZ triunfó en Castilla y León y consiguió unos resultados extraordinarios que le acompañarán el resto de sus días políticos. Como la cerveza San Miguel, por donde va triunfa.

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