No entiendo a los políticos que repiten sin cesar que “es preciso llegar a acuerdos “transversales” por el bien de España debido a los resultados electorales” y nunca llegan a lo que dicen que es necesario. Consideran un fracaso la repetición. Saben lo que los demás queremos por pura intuición (o por su interés), sin preguntar, y eso les hace grandes...
Llegar a acuerdos significa para ellos que los demás acepten lo que cada cual pretende imponer. Todos aducen tener más derechos que los otros: los unos, por ganadores, y los perdedores, por creerse depositarios del mandato popular para ostentar el socorrido y no bien explicado “gobierno del cambio”…de sillones.
Nuestro colaborador José-Tomás Cruz Varela está convencido de que allá por San Juan, disfrutaremos, además de las hogueras, de "otro gran día de la fiesta de la democracia". Si el Conde de Romanones observara la caterva que nos quiere gobernar para nuestro bien, sin duda volvería a exclamar “¡Joder, qué tropa!” .
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CONDENADOS A LA REPETICION DE ELECCIONES GENERALES
(De mi puño y tekla)
Hasta ahora, lo único que tenemos claro es que tanto el Gobierno, del que carecemos, como la ciudadanía, vivimos sumidos entre el desconcierto y la incertidumbre que nadie sabe cómo definir y menos aún cómo superar. Todo se reduce a un intercambio de insultos y descalificaciones entre los distintos partidos políticos, con la estúpida sensación de estar asistiendo a una inútil batalla, cuya exclusiva finalidad consiste en hacerse con el poder y todo lo que representa.
Previo a los fallidos intentos de investidura, ocasionalmente, Gobierno y Oposición debatían sobre temas económicos, creación de puestos de trabajo, bienestar social, pensiones, mejora de la sanidad y educación y muchos otros motivos que en efecto interesan a la sociedad en general, algo que los dirigentes políticos no mencionan actualmente y menos ocupa y preocupa.
Últimamente, las tertulias televisivas y radiofónicas están perdiendo interés por el contenido de los temas debatidos, como por ejemplo: el derroche de tiempo sobre la presunta corrupción de Rita Barberá, los despropósitos de Pedro Sánchez en torno la dimisión del Secretario General del PSOE de Galicia, la pantomima de encuentro entre el citado político con el presidente de la Generalidad, donde comienzan y terminan las responsabilidades de un Gobierno en funciones, si Rajoy actúa correctamente dedicándose a la vida contemplativa sin implicarse o si el Sr. Núñez Feijoo optará por retirarse de la política o presentar candidatura nuevamente, etc. etc.
No parece muy normal el tratamiento informativo adjudicado a los citados acontecimientos cuando existen otros problemas, con rango muy superior, tal como el pretendido independentismo catalán, aludiendo a la creación de su propia Agencia Tributaria, dentro de su programa de “desconexión”, iniciativa que está demandando una respuesta jurídica y contundente a la mayor brevedad.
Lo triste del caso es que por el momento nadie parece estar capacitado para ofrecer una explicación medianamente coherente sobre cómo solucionar tanto despropósito, y que los ciudadanos despachamos con frases como “tenemos lo que nos merecemos” e ingeniosidades similares, desconociendo cuánto tiempo más podremos permanecer inmersos en semejante idiocia. España necesita con urgencia abandonar el bloqueo en que vivimos para tratar de consolidar el crecimiento y creación de empleo alcanzados en la legislatura anterior, lo que exige una estabilidad y firmeza de la que carecemos.
Ofrecemos una imagen de inútiles e incapaces propiciado por la cerrazón de nuestros políticos guiados por su desmedido egoísmo y asquerosa ambición, padre y madre de la puta corrupción definida por el ilustre pensador Tomás de Vaerolokivich cuando afirma que “En España la corrupción se crea, no se destruye y además se multiplica”.
Nuestro país demanda y necesita con urgencia un pacto y que Rajoy asuma el estar amortizado por mucho que se empeñe en confiar en el Santo Advenimiento que ya no llegará jamás. En los ámbitos empresariales se da por hecho que su carrera política ha finiquitado y que admita de una vez que su presidencia era de una sola legislatura dando paso a otros valores de su propio partido que existen y con una trayectoria impecable, aunque nuestro auténtico drama radica en que ninguno de los otros tres líderes: Sánchez (PSOE), Rivera (Ciudadanos) e Iglesias (Podemos), solo convencen a los suyos y con dificultades…Todas las formaciones sufren discrepancias internas que sus líderes se niegan a reconocer y es justo esa postura la que delata su incapacidad para ejercer la presidencia con la dignidad requerida, y a la vista de los acontecimientos, todo parece indicar que estamos condenados a la repetición de elecciones generales.....¡¡Tiempo al tiempo!!
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
Como estos no se ponen de acuerdo ni se pueden ver votaremos otra vez o nos quedaremos en casa
ResponderEliminarPero por que es un fracaso repetir elecciones. Elfracaso seria de los politicos de pacotilla y no de los ciudadanos
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