El DEL, Diccionario de la Lengua Española, de la RAE define
el verbo "desagradar" como: ”Disgustar, fastidiar, causar desagrado”. Y eso es lo
que ha hecho la actual alcaldesa de Barcelona con sus desafortunadas palabras y
su despreciable actitud hacia dos militares españoles. Su único objetivo era
promocionar y divulgar en un Congreso de Enseñanza las enseñanzas que realiza
el Ejército para aquellos jóvenes (me
ahorraré lo de “jóvenas”) españoles que
deseen cursarlas. La oferta genera conocimiento y el conocimiento, libertad, y
ésta sólo puede ofender a quienes se siguen preguntando con Lenin “¿Libertad para qué?”.
Lo sorprendente del
caso es que el hoy militante de PODEMOS, el ex Jefe del Estado Mayor de la
Defensa José Julio Rodríguez ha salido en defensa de Ada Colau, diciendo que en
sus “En palabras no hay desprecio, humillación...”. Volviendo al DEL, vemos que
“desprecio” se define como “Desestimación, falta de aprecio” y “Desaire, desdén”,
y "humillar" como “Herir el amor propio o la dignidad de alguien”. De ex militar
a militares, las palabras más apropiadas, seguro.
“Por sus obras los conoceréis” se nos decía, y por sus
palabras también, a todos.
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GALERÍA DE PERSONAJES DESAGRADABLES (Miembro de honor, Ada Colau)
(De mi puño y tekla)
Días atrás, Ada Colau, en su visita al recinto del Salón de la Enseñanza (Barcelona), se permitió la licencia, sin el más mínimo recato y con la delicadeza que le caracteriza, espetarle a dos oficiales del Ejército “que no eran bienvenidos por su condición de militares”. En instantes, el incidente se difundió a través de las redes sociales, generándose durísimas y merecidas críticas hacia la alcaldesa, preguntándose a su vez ¿quién es esta señora para comportarse tan groseramente? No pueden tolerarse tales impertinencias y menos aún el que se adjudique arbitrariamente el derecho a decidir sobre quien puede acceder o no a un recinto ferial.
Semejante actitud resulta inadmisible y todo un repudiable abuso contra el principio de igualdad, atentando en esta ocasión contra una institución como es el Ejército, cuya pretensión, como se viene haciendo tradicionalmente era difundir su oferta educativa, asistiéndole los mismos derechos que a cualquier otra persona o estamento que acude a un certamen profesional. Es ignominioso que la alcaldesa de Barcelona, una ciudad española, ordene o insinúe a dos militares que abandonen el lugar careciendo de autoridad para ello.
Si continúan permitiéndose tan desafortunadas actitudes se estará alienando a un ente tan democrático como es el Ejército español y en pleno siglo XXI. Admitir este tipo de ofensas, sin la menor duda terminará mal, cuando precisamente son las fuerzas armadas una de nuestras instituciones mejor valoradas en todas las encuestas. Aunque a doña Ada no le guste el Ejército, tiene la misma obligación de respetarlo como el resto de la ciudadanía.
¿Hasta cuándo deberemos seguir soportando a este tipo de políticos cargados de prejuicios y resentimiento que nada aportan y todo lo pervierten? Es muy fuerte seguir aguantando el vergonzoso populismo y sectarismo de la Sra. Colau. Lo suyo ya no es ignorancia sino provocadora osadía. Que el cargo le queda grande lo sabemos todos. Infórmese, documéntese y deje de envenenar a los ciudadanos. Dedíquese a resolver los problemas de sus ciudad que son infinitos, y de paso, vigile un poco más su educación y reduzca su odio…¡¡Inténtelo al menos!! Muchas gracias.
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
No desprecia quien quiere sino quien puede, y está mujer no puede
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