Por fin ha llega la hora de la verdad en la “semana de pasión” veraniega. Una vez firmado el pacto PP-C´s, Rajoy se presentará a la sesión de Investidura en el Congreso de los Diputados. Parece ser que el NO está más cantado que el Sí, por lo que no será investido. Sin solución al problema, el problema deja de serlo por agotamiento del sistema, lo que indica que se necesita otro nuevo con nuevos políticos en el que no tengan cabida los actuales por su mochila y su incapacidad manifiesta. Metidos en elecciones, ya se dan por descontadas las terceras. Pero, ¿qué diremos cuando se avecinen las cuartas, y las siguientes? Los partidos esperan que cambien los votantes y éstos que lo hagan los partidos. Y mientras tanto, sufrimos lo que nos han dejado…
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PATÉTICA SITUACIÓN Y MEDIOCRIDAD PRESIDENCIAL
(De mi puño y tekla)
En este agitado verano, Rajoy no solo se ha quedado sin vacaciones sino también sin ideas y huero total de soluciones para superar el estancamiento político y desgobierno que venimos padeciendo desde hace ocho meses, tras las elecciones del 20-D, de donde se deduce que esa habilidad suya de manejar los tiempos, no pasa de ser un tópico más de nuestro gris y mediocre presidente en funciones, cuando toda su ciencia consiste en dilatar y atrasar la toma de decisiones. Recordemos la famosa frase de su eterno consejero Arriola consistente en que “el tiempo lo soluciona todo”.
Todas esas zarandajas de adjudicarle el virtuosismo de la estrategia, tienen un pase en boca de sus subordinados y el ejército de pelotas pero nada más. La decisión de acudir al Parlamento el próximo día 30 de agosto obedece a que inexcusablemente ya no le queda otro remedio.
Desde el pasado enero, Mariano Rajoy ha intentado por activa y por pasiva alcanzar algún acuerdo con el PSOE, para intentar evitar el terrible trance que le supone someterse al acto de investidura sin el apoyo de votos necesarios. Todo un trauma que puede derivar en la convocatoria de unas terceras elecciones y nada menos que el día 25 de diciembre, con toda la carga que ello representa: en plenas fiestas navideñas, desplazamiento de votantes, incremento de la abstención y un largo etcétera. Al margen de hacer el ridículo y no solo en Europa. Sin la menor duda, el tema estrella de las conversaciones en la cena de Nochebuena sería el tener que votar al día siguiente, es decir, en la fiesta de Navidad.
Efectivamente produce asco el comentar un tema tan sumamente patético y sobado pero nos va mucho en ello. Si efectivamente el Jefe del Ejecutivo estuviese totalmente convencido de que el programa de Gobierno de su partido es lo que necesita España e igualmente jurase ante el Parlamento que personalmente jamás ha estado implicado, tutelado ni permitido ningún caso de corrupción, o haber percibido cantidad alguna en concepto de gratificación, sobre, etc. fuera de la legalidad, no tendría por qué sentir el más mínimo reparo por presentarse en el Hemiciclo y explicar porque debe presidir una segunda legislatura, pero como al parecer y por desgracia muchos nos tememos que no será capaz de efectuar dicha declaración, cada vez son más los que opinan que estamos avocados a unos terceros comicios, y sin garantía de que con ello se solucione nuestra patética situación. El pretender culpar al PSOE de ser el único culpable de todo lo que está ocurriendo, como afirman los dirigentes del PP en todos los medios y tertulias de debate, tampoco es el camino acertado. ¿De qué le ha servido a la formación conservadora la mayoría absoluta de la que tanto presumió? Absolutamente para nada, y tome Don Mariano buena nota de la definición académica de mediocre: "persona sin capacidad suficiente para la actividad que realiza". A partir de octubre comenzarán a celebrarse diversos juicios en los que está implicado el PP que sin duda servirán para enrarecer todavía más el ambiente...¡¡Tiempo al tiempo!!
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela