Cuando José-Tomás Cruz Varela escribió este artículo aún no habían ocurrido los, de momento, últimos desagradables acontecimientos de corrupción que cercan al Partido Popular. Como en su tiempo le ocurrió al PSOE, hoy le sucede al PP: no hay día en el que no nos levantemos con una noticia que no borra la anterior, sino que la aumenta.
Suele juzgarse los casos de corrupción desde distintas perspectivas, pero hay un matiz que muchas veces se olvida y puede ser una de las causas de la falta de democracia de los partidos que la soportan, y especialmente el PP: ni los afiliados ni sus cuotas interesaban demasiado, porque de una tacada sacaban mucho más de otra forma menos transparente y desinteresada. De haber contado con menos dinero, se hubiera mimado a los afiliados, al menos por sus cuotas.
En estas circunstancias y en estos días, la opinión de nuestro colaborador encaja perfectamente con la actualidad de la corrupción.
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EN ESPAÑA, LA CORRUPCIÓN SE CREA, NO SE DESTRUYE Y ADEMÁS SE MULTIPLICA
(De mi puño y tekla)
Ante tal panorama y dada la frecuencia con que se producen tales delitos, ha provocado que en la mente de los españoles y a lo largo de los años, se haya generado un clima entre vergüenza y desafecto en torno a las formaciones políticas y otros estamentos, de ahí que la ciudadanía repudie dialogar o debatir sobre tan abyecto y despreciable tema, despachándolo con la despectiva frase al uso de “son todos unos chorizos”, con lo cual, lo único conseguido es la perversión del sistema, y por ende, la ínfima credibilidad sobre el mismo.
Ahora, sus señorías, como si fuera la novedad del siglo, se han propuesto vendernos las excelencias que supone la creación de otra nueva comisión de investigación, cuan bálsamo de Fierabrás sobre la presunta financiación ilegal del PP, precisamente cuando según el último barómetro del CIS, la preocupación por la corrupción ha subido siete puntos. Algo perfectamente compresible repasando las hemerotecas de los último seis meses.
Las fechorías que desde hace muchos años se localizaban con mayor intensidad en el PSOE en Andalucía, se han trasladado y con gran intensidad y periodicidad al partido en el Gobierno. La degradación ha llegado a tal grado que ya nadie cree que las medidas habilitadas anteriormente aporten las soluciones suficientes, como así se demuestra con el incremento de dicha lacra. El PP, incomprensiblemente, sigue en el Gobierno, pero sin que se esclarezca de una vez toda la porquería que sigue infectando al citado partido y Gobierno.
Lo más triste es que en muchos casos, la corrupta pandemia que nos invade, ya comienza a interpretarse como algo congénito en nuestro país. La ambición de sus sofisticados protagonistas carece de límites y las cifras aparecidas en los medios causan pavor, pero el gran problema es que tales delitos ni permiten ser cometidos en solitario por su complejidad, precisando la especial colaboración de amplios colectivos especializados, que lógicamente perciben cantidades menores, que contempladas en su conjunto representan auténticas fortunas defraudadas con regularidad. Normalmente no suele tratarse de delitos aislados, siendo su percepción periódica y normalmente incrementada con el paso del tiempo.
Los partidos políticos le deben muchas explicaciones a la sociedad, siendo la Justicia la encargada de aclarar y sancionar duramente los delitos cometidos y no solo con la restitución del dinero. Cada partido deberá afrontar sus propias responsabilidades y consecuencias. Esperemos que el PP y restantes grupos no se dediquen una vez más a escurrir el bulto y se les apliquen las correspondientes penas con todo el rigor requerido.
El Partido Popular se equivocaría rotundamente, si una vez más se dedica a negar, obstruir y boicotear el funcionamiento de la citada comisión de investigación. Cualquier cosa menos convertir este foro en un instrumento para criticar y desgastar a los rivales políticos. Dicho intento supondría el mayor de los fracasos a nivel nacional e internacional…¡¡Tiempo al tiempo!!
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela.