Los españolitos de a pie sabemos que el problema de las pensiones tiene un hoy complicado y un mañana peor. Mientras los políticos gobernantes no ofrezcan remedios eficaces y los de la oposición no se abstengan de pregonar demagogias baratas para conseguir votos, que es lo único que todos ellos persiguen, no habrá estabilidad ni confianza en el futuro.
Interesantes resultan las opiniones de José-Tomás Cruz Varela sobre el mantenimiento del Sistema Público de Pensiones e inquietantes los cambios que se ciernen sobre las relaciones laborales del futuro. Como él mismo dice, ¡Tiempo al tiempo! para comprobar si son para mejorar el presente.
===================
PENSIONES: PROBLEMÁTICO PRESENTE Y OSCURO FUTURO
(De mi puño y tekla)
De auténtico desvarío habría que tildar las desafortunadas afirmaciones de triunfalismo económico y creación de empleo que tanto gusta pronunciar a Rajoy en sus escogidas y prudentes apariciones públicas. Generar falsas expectativas pensando en las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 2019 constituye un gran error que solo contribuirá, de seguir así, a infundir mayor frustración incluso en el PP. Su frase de recomendar a los ciudadanos que ahorren para completar la prestación del Estado, supone un descarado insulto para miles de trabajadores cuando con sus magros ingresos se sienten incapaces de llegar a final de mes.
Son legión los ciudadanos que cargados de razón y tras haber cotizado a la S. Social durante muchos años, están altamente alarmados por los derroteros que apunta el tema pensiones en España. De ahí ese gran colectivo de jubilados que días atrás llenaron las calles de nuestras ciudades reclamando una pensión justa o por lo menos digna tras haber cumplido con sus obligaciones toda una vida. Curiosamente, el primer sorprendido por dichas manifestaciones fue el propio Gobierno, al tratarse de un colectivo no acostumbrado precisamente a la protesta callejera, que a partir de ahora deberán tomar mucho más en serio y no solo por lo que representan sus votos
La triste realidad es que el debate sobre este merecido subsidio está adquiriendo un tinte complicado entre las distintas formaciones políticas por su repercusión electoral. De ahí el citado acoso al Gobierno demandando un plan que garantice la sostenibilidad del sistema a largo plazo, y que de inmediato, solucione la pérdida de poder adquisitivo, petición en la que también participa el PP.
El origen de este gran problema obedece a que el método aplicado ya no es viable financieramente. El fondo de la hucha de pensiones solo dispone de algo más de 8.000 millones de los 66.815 con que contaba a finales del 2011 y con las medidas adoptadas hasta el momento solo se suavizará la situación pero ni mucho menos el solucionarla. Incluso, disponiendo de 20 millones de ocupados, la Seguridad Social seguiría siendo deficitaria en el 2020. La causa se debe a que muchos de los empleos son de baja calidad y reducidas cotizaciones sociales como por ejemplo en el caso de los contratados a tiempo parcial, aunque en realidad y en muchos casos sus jornadas sean mucho más amplias. Conviene recordar que en los dos últimos años el Ejecutivo se ha visto obligado a habilitar importantes créditos a través del Tesoro para que la S.S. pudiese abonar las pensiones.
Añádase que por parte de la oposición, PSOE y Podemos están presionando al Gobierno para lograr una revalorización anual del incremento superior al miserable 0,25%. De hecho, los socialistas ya registraron en el Congreso una propuesta de subida hasta el 1,6% equivalente al IPC y financiado con impuestos. En línea similar y para contrarrestar, el ministro de Hacienda del PP, Cristóbal Montoro, ya está contemplando la posibilidad de reducir el IRPF que afecte a los jubilados de mayor edad.
Reflexionando sobre lo que sucederá a no muy largo plazo, induce a pensar que el modelo laboral de la nueva economía que se nos avecina, en muchos sectores guardara escasa similitud con lo que hemos vivido hasta ahora. Todo cambiará discurriendo hacia un empleo cada vez más autónomo. La relación tradicional de empresario-trabajador prácticamente desaparecerá, lo que nos conducirá igualmente a un nuevo modelo de relaciones laborales que incidirá en diversos aspectos, y entre ellos, en el propio contenido de los sindicatos con unas empresas cada vez más atomizadas y plantillas más reducidas.
Surgirán nuevos enfoques que obligarán a un profundo replanteamiento del sistema de pensiones públicas que afectará a los que comiencen a trabajar ahora y a cobrar a partir del 2050, rigiéndose por una normativa que en nada se parecerá a muy poco a la actual originada por el descenso demográfico y otras vicisitudes que sin duda influirán. Lo que no resulta cuestionable es el continuar con la absurda política de parches que a nada bueno nos conducirá. Inicialmente lo suyo sería aprovechar el Pacto de Toledo tendente a conseguir propuestas eficaces y alcanzables, si bien, el intentar tomar decisiones acertadas con siete legislaturas por delante resulta harto difícil por no decir imposible....¡¡Tiempo al tiempo!!
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios con lenguaje inapropiado serán borrados