Recuperemos algunos párrafos de nuestro protagonista de la entrada anterior:
“No podemos entender las enormes dificultades sociales y políticas por las que atraviesa Europa dando el espectáculo de colaborar en los hechos con que desaparezcan en el Mediterráneo miles y miles de tentativas de inmigrantes. Da dolor porque en la humanidad si no se tiene en cuenta la influencia que han tenido para bien y para mal los fenómenos inmigratorios.”
“No hay país latinoamericano que no haya recibido miles de inmigrantes, particularmente europeos. Los que somos del Río de la Plata decenas, barcos llenos, atestados de gringos pobres, como decíamos, de pobres inmigrantes que bien hicieron a construir nuestra cultura, nuestro idioma, nuestro provenir material. En mi pequeño país hubo años en que llegaron 40.000. En la República Argentina más de 200.000 en ciertos años.”
“¿Cómo entender que esta Europa moderna y rica tenga fenomenales resistencias para poder integrar gente que escapa de la penuria, de la guerra siria, de lo que pasa en África? Y Europa que tienen además tácitamente una deuda colosal por las cuentas que abrió y nunca fueron pagas del colonialismo europeo en África, de la expansión británica, con su imperio por el mundo, en fin…”
“El expresidente de Uruguay recuerda que en el pasado, personas procedentes de España e Italia, entre otros países, emigraron a México y Uruguay y se les acogió”
"España e Italia vomitaron millones de inmigrantes y se han olvidado rápido de su historia”.
“José Mujica también ha hecho referencia a las 40.000 personas por año procedentes de otros países que tuvo que recibir a partir de 1910 Uruguay,…”
Antes de examinar las opiniones de José Mujica sobre la inmigración es preciso dejar constancia de que de ese tema se puede disertar desde la perspectiva del sentimiento y humanismo global, tildando de xenófobo y racista a quienes se opongan a la admisión no controlada, a la apertura total de fronteras y al ”papeles para todos”. Y se puede estudiar también de una forma más racional, analizando las posibilidades de soluciones reales a los problemas de las personas que huyen de la miseria. Lo cierto es que sólo con lo primero ni se ha reducido la pobreza en el mundo ni se han terminado las desigualdades. De la comparativa de ambos métodos podríamos deducir cuál de ellos ha erradicado más el hambre y ha reducido más la pobreza.
Las palabras de Julio Anguita, persona sin connotaciones derechistas, en una entrevista reciente en el diario "El Mundo" son más que elocuentes:
“Pregunta: Otro asunto polémico: la inmigración. Es usted partidario del control y los límites. De la ayuda al inmigrante que ya está aquí mientras se es resolutivo con las dictaduras que provocan el éxodo de esas personas hacia Europa.
Respuesta: ¿Usted cree que cualquier país europeo, especialmente el nuestro, puede decir: venid todos los que queráis? Venga, ¡que los buenistas lo digan! ¿Millones? Compañeros del buenismo, ¿pueden venir millones? Enfrentaos a ese hecho. Aportaré otro dato que parece que no incide pero sí. En el año 2050, Alemania tendrá ochenta y tantos millones de habitantes y el 70% de ellos serán de edad avanzada. Etiopía va a tener lo mismo y el 65% tiene menos de 35 años. Lo que está pasando aquí ya ha pasado en la historia de la humanidad. Las migraciones acabaron con el Imperio Romano y fue por fases. En cualquier aldea perdida hay un televisor y ven piscina y comida... A los buenistas les planteo el problema: decimos a todo el que venga que se quede ¿si o no? Primero hay que atender. Es una cuestión de humanidad pero simultáneamente, y esto depende de la Unión Europea (que son unos ladrones y sinvergüenzas), hay que empezar a presionar a los regímenes: no venderles armamento, no explotarles sus recursos para que al desarrollar esa parte de Africa, ya no tengan que venir. Claro, eso ya es cambiar las leyes de la economía capitalista. El propio Gobierno español lo que ha hecho es desdecirse. Magnífica posición la del barco pero después hicieron la devolución en caliente. Yo no puedo ignorar la magnitud del problema porque puedan llamarme racista. No. ¡Vamos a dejarnos de historias!”
¿Son realmente la inmigración por penuria económica y los refugiados de Siria un problema exclusivo de Europa? ¿Ha sido o es Europa la causa de esos males? ¿Cómo ha intervenido Europa, por ejemplo, en el conflicto sirio o yemení, en las hambrunas africanas o en la presencia de algunos gobiernos africanos? Una cosa es pedir, e incluso exigir, la colaboración desinteresada de las naciones desarrolladas europeas para aliviar, en lo posible, esas desgracias y otra, muy distinta, culpabilizarlas para que así asuman responsabilidades y contribuyan con soluciones.
Curiosamente, Mujica se olvida de ciertos países asiáticos, algunos de ellos muy ricos, de su mismo ámbito cultural y religioso, y, por lo tanto, más próximos y con mayores motivos para eliminar esas desdichas; se abstiene de mentar a Rusia, tan presente como protagonista en Siria desde hace muchos años, y prescinde de los manifestantes del “NO A LA GUERRA”. ¿Acaso no lo es el conflicto de Siria tanto como fue lo de Iraq o lo decisivo son los intervinientes?
Si Mujica pretende hacernos creer que los inmigrantes llegados a hispano-américa (término más preciso que latino-américa) fueron admitidos por humanitarismo más que por puro egoísmo y necesidad de mano de obra más cualificada que la propia, escasa por añadidura, pocos argumentos expone. Los europeos llegados a aquellos países no invadieron ni violentaron fronteras. Fue una inmigración regulada con normas étnicas, culturales, religiosas e incluso discriminatorias para la mujer no casada o sin familiares allá residentes. Prefirieron europeos que mejoraran la identidad racial y la economía a los de origen asiático y africano. Cuando un país necesita los trabajadores que no tiene recurre a la inmigración, pero de una forma ordenada y amparada por las leyes como se ha hecho en los países occidentales durante años y años.
Hablar de 40.000 inmigrantes en Uruguay o de 200.000 en Argentina al año y durante décadas no son datos contrastados, y son poco fiables si provienen de la misma fuente que los ofrecidos por Mujica sobre los españoles exiliados a México, como veremos en la entrada siguiente. Además, esos números carecen de valor si no se tiene en cuenta la extensión susceptible de explotación y la población que esos Estados tenían y hoy tienen.
Hubiera sido también interesante que Mujica hubiese hablado sobre el trato dispensado por las autoridades uruguayas y argentinas y por los nativos a aquellos inmigrantes, y las condiciones sanitarias, habitacionales, educativas, laborales y cualesquiera que favorecieran la dignidad de sus vidas. ¿Qué ayudas les dispensaron a “los gallegos”? Los que pasaron aquella experiencia atestiguan que nadie les regaló nada y que lo poco o mucho que consiguieron, fue debido a su trabajo y esfuerzo. Puede asegurarse que la inmigración europea previa a los sesenta fue muy positiva para esas naciones sudamericanas.
Si Mujica “no entiende” que la Europa moderna y rica que él dice "no pueda integrar” a inmigrantes y exiliados de Asia y África, ¿podrá comprender que Europa tiene unos límites físicos y humanos y que carece de los recursos económicos necesarios para absorber a toda la población extranjera dispuesta a vivir en ella? La emigración actual y la futura, previsiblemente durante muchos años, posee un componente primordial que Mujica no contempla: la explosión demográfica de África y Asia, imposible de ser asumida por Europa. O se buscan soluciones razonables y urgentes en origen para los millones de personas que desean abandonar sus lugares de nacimiento o la emigración que ahora protagonizan no será viable ni absorbida.
Mujica basa su argumentación en una falacia: “Europa tiene una deuda colosal pendiente con África por su colonialismo” y el expolio de sus riquezas, es de suponer. Podría referirse al Reino Unido, Francia y Bélgica principalmente, pero ha generalizado. ¿Qué tienen que ver los demás países? Y respecto de Asia, ¿Tiene también Europa contraídas deudas coloniales? Si es que alguien contrajo deudas con sus colonias africanas que sea el beneficiario quien invierta y rescate a sus habitantes de la miseria pregonada, dotándoles de unas condiciones de vida que no los obligue a emigrar a tierras extrañas. La solución vendrá, más que por el reparto de bienes que Mujica sugiere, por la creación de oportunidades de desarrollo y bienestar en la propia tierra.
Mujica tuvo en su mano la posibilidad de predicar con el ejemplo en el tema migratorio mientras fue Presidente de Uruguay: pudo llevarse un par de millones de esos emigrantes, detestados por Europa como asegura, acogerlos fraternalmente, pasar el testigo a otros líderes, ejercer el multiculturalismo e integrar así a las gentes que sufren tan graves penurias. Pero no lo hizo. Ni siquiera con unos cientos de ellos…
Europa atrajo cantidades ingentes de inmigrantes, principalmente africanos, y no fáciles de integrar por cultura y religión. Sus efectos se perciben hoy como negativos y los movimientos populistas lo proclaman. Esa ha sido una de las razones aducidas para el Brexit. Pero las necesidades de nuestros días han cambiado y sólo se busca mano de obra cualificada que conlleve valor añadido.
Parece que el Reino Unido camina atrás esa idea, según podemos leer en La Razón: “La primera ministra británica, Theresa May, dijo hoy que el Reino Unido tendrá, por primera vez en décadas, el control de la inmigración tras el "brexit" y que reducirá el ingreso de trabajadores poco cualificados.”
La noticia continúa: “…su país adoptará un nuevo sistema de visados que tendrá en cuenta la preparación laboral de los inmigrantes en vez del país de procedencia….El nuevo sistema, basado en la cualificación, asegurará que se reduce la inmigración de personas poco preparadas y que el Reino Unido se sitúa en el camino de una reducción de la inmigración a niveles sostenibles… se verificarán los posibles antecedentes delictivos de los inmigrantes… Será un sistema que mire al mundo y que atraiga a la gente con la preparación que necesitamos".
Portugal, también se encuentra en la misma onda, según podemos ver en el artículo, “Portugal quiere atraer inmigrantes cualificados para frenar el envejecimiento demográfico. Los inmigrantes que sean emprendedores o tengan un buen currículum conseguirán la residencia de una manera mucho más sencilla.”
En el caso concreto de España, con tres millones largos de parados, ¿cuántos inmigrantes necesita y para qué? ¿Estarán tan cualificados y preparados como los parados de aquí?
En la entrada siguiente analizaremos la “emigración” española a México de la que Mujica ha hablado repetidamente.
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