Resultó oportuno el editorial de El País del pasado día 8 de septiembre bajo el título “Respeto y costumbres. La delegación iraní visita el Congreso de los Diputados y discrimina a las mujeres parlamentarias”. Apropiado fue, desde luego, por airear un asunto a todos sensible y del que unos han hecho bandera partidista y proclamarse sus adalides para oponerse ideológica y políticamente a otros. Pero la vida real ha descolocado a los primeros y ubicado adecuadamente a los segundos, demostrando que los comportamientos importan más que las adjetivaciones vacuas y el inconsistente lenguaje desdoblado.
Le sorprende al editorialista que “los invitados (delegación de parlamentarios iraníes al Congreso de los Diputados) hicieran llegar por escrito a los servicios de protocolo su negativa a tener contacto físico con las mujeres que estuvieran presentes en el encuentro, es decir, que se negaran a estrecharles la mano alegando las costumbres de su país” y que los anfitriones —que, independientemente de su sexo, son representantes del pueblo español— aceptaran una petición que supone una discriminación sexual y decidieran sortear la situación suspendiendo el saludo y continuando la reunión con normalidad.”
Sin embargo, se omite en el texto que desde el Servicio de Protocolo del Congreso se hiciera llegar semejante mensaje a sus miembros y se incluyera a todos los partidos por igual en el mismo conglomerado de sumisión.
Es evidente la crítica del editorial. Pero si no se contextualiza la escena, difícil será su comprensión y fácil la confusión. Podía haberse recordado el artículo de ese mismo medio publicado cuatro días antes (“La derecha gana la batalla del saludo a la delegación iraní en el Congreso. Vox, Ciudadanos y PP se apropian del incidente diplomático y de protocolo”) y poner en antecedentes al lector. Pudo hacerlo y no lo hizo, para no poner, en evidencia a los partidos declarados, en teoría, feministas a ultranza y defensores de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero silentes y mansos en la práctica cuando era preciso demostrarlo, y al mismo tiempo negar protagonismo a quien en esa ocasión mostraba el camino adecuado.
Los hechos tuvieron su historia y su desarrollo. El incidente se originó cuando VOX conoció las condiciones de la delegación de Irán que exigían “un trato diferente a las mujeres” que no podrían saludar a los hombres y se negó a participar en un acto oficial a celebrar en el Congreso de los Diputados.
La denuncia pública de VOX levantó las alarmas y el Congreso suspendió el saludo protocolario que los diputados de la Comisión de Asuntos Exteriores tenía previsto dar a los visitantes. La Embajada de Irán había enviado previamente un correo al servicio de Protocolo del Congreso de los Diputados en el que recordaba que de acuerdo con su costumbre los varones ni dan la mano ni mantienen contacto físico con las damas, y Protocolo informó verbalmente a los grupos parlamentarios para su conocimiento y cumplimiento en la recepción prevista.
Una vez que VOX conoció las «condiciones protocolarias para las mujeres», anunció que rechazaba su asistencia al encuentro, y comunicaba que su no presencia se debía a que en las instrucciones de protocolo “las mujeres que asistieran no podrían estrechar la mano de los representantes de Irán, sino solamente mirarles, pero de lejos”.
“El Grupo Parlamentario VOX no participará de un acto que exige un trato diferente para las mujeres –relegándolas en este caso a un papel secundario- y denuncia que, en la Cámara que representa a todos los españoles, se acepte esta inadmisible exigencia de la delegación de Irán”, citaba Okdiario.
Poco después de la denuncia de VOX, el previsto saludo protocolario se suspendió y el partido verde se mantuvo en su posición de no asistencia por haberse “aceptado” previamente desde el Congreso unas “inadmisibles normas de protocolo”. Le secundó Ciudadanos aunque la vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores, María Luisa Alonso, acudió tras alegar que lo hacía como representante institucional de la Cámara.
Otros medios reflejaron ese episodio con alguna particularidad:
“El Congreso rectifica. Fuentes parlamentarias aseguran a Libertad Digital que el Congreso dio a conocer estas instrucciones vía telefónica, a pocas horas de que se celebrara el encuentro, y después de confirmar la asistencia de los grupos, negándose a trasladarlas por escrito. Un extremo que confirman desde el PP, donde aseguran que no tienen noticias, ni verbalmente ni por escrito, de ese protocolo, informa Miríam Muro.
Después de que el partido diera a conocer su decisión, la Comisión de Exteriores informaba de que finalmente “la visita del director general para Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Mahmoud Barimani, comenzaría directamente sin saludo protocolario previo.
La formación ha tenido que hacer frente a las constantes acusaciones de machismo por parte del PSOE y Podemos por denunciar la Ley de Violencia de Género y criticar duramente la “ideología de Género”. La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, llegó a calificarles de “misóginos” y les acusó de ser “cómplices de los asesinatos machistas”.
“Vox capitalizó el frente de la derecha parlamentaria contra el pragmatismo de acudir a la cita tras alertar desde el servicio de protocolo del Congreso que la Embajada de Irán había avisado de que sus delegados no consentirían en el saludo informal ningún contacto físico, ni siquiera con la mano, con las políticas españolas. Ciudadanos se sumó inmediatamente al boicot y el PP lo respaldó este miércoles. La izquierda optó por acudir a la reunión y expresar en la misma sus quejas contra la falta de derechos e igualdad de la mujer en Irán. El embajador iraní en Madrid, Hasan Qashqavi, explicó molesto, al final del encuentro, que esa costumbre forma parte de su cultura y pidió “respeto”.
La presidenta del Congreso argumentó, según Vox, que no conocía los pormenores del incidente pero sí subrayó, como hicieron otros representantes de otros partidos, que estos contactos no inusuales con políticos de naciones con problemas de discriminación son buenos para mostrar un camino a seguir. …El PP el martes no dijo nada y se personó, pero este miércoles su portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo, respaldó totalmente el comportamiento de Vox como hizo el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que lamentó que Podemos y PSOE no secundaran el plante.
Tras dos horas de discursos, la cita parecía haber acabado cuando el embajador de Irán en Madrid, Hasan Qashqavi, pidió la palabra. Y subrayó que entendía que a los políticos españoles no les gustase ni comprendiesen las normas culturales por las que se rigen en su país (la sharía o código de conducta del Corán no permite ese contacto físico con las mujeres entre desconocidos) y acabó: “No les pido que lo compartan, pero sí que lo respeten”.
“La Embajada de Irán en España ha difundido este lunes una nota sobre la polémica generada por la visita de una delegación iraní al Congreso y en ella alude a la “creencia en la superioridad de los valores occidentales en materia de derechos humanos en el mundo y la necesidad de imponerlos a otras culturas.
Relatividad cultural. Así, cree que lo que hay es un debate entre “creer en la ‘relatividad cultural’ y la necesidad de tolerancia hacia diferentes culturas” y creer “en la superioridad de los valores occidentales en materia de derechos humanos en el mundo y la necesidad de imponerlos a otras culturas”. “Una discusión que continuará, naturalmente, en el futuro”, finaliza la nota.
La Embajada ha desvelado algunos pormenores sobre la reunión en cuestión, señalando que nunca se planteó ni “establecer” ni “suspender” un saludo protocolario, ni se habló de “no mirar a las mujeres” ni “mantener una distancia”. De hecho, ha hecho público el correo que la propia Embajada envió al Congreso antes de la visita y que califica como “simplemente un recordatorio” de lo que es “un protocolo bien conocido”.
El texto de ese correo se limita a decir: “Solamente por recordar que por nuestro protocolo los caballeros no pueden dar la mano a las damas”.