Mucho se ha hablado de los debates habidos entre los líderes de los hasta ahora cuatro partidos políticos de ámbito nacional y de su poder de influencia en la decisión de los votantes. Dentro de sólo tres días podremos comprobar a quiénes beneficiaron o perjudicaron, y cómo le afectó a quien ausente estuvo "por imperativo legal". Una opinión sobre estos temas como la del analista José-Tomás Cruz Varela merece la pena conocer y contrastar con las de otros periodistas y tertulianos.
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DEBATES, UNA OPINIÓN MÁS
Celebrados los tan cacareados Debates en TVE y Atresmedia respectivamente, nada o muy poco han aportado en lo que respecta a las posibles dudas en torno a la decisión de voto en las próximas elecciones del domingo 28.
Al margen de soportar las mutuas descalificaciones y acusaciones de los cuatro candidatos: Casado, Sánchez, Rivera e Iglesias, la mayoría de los ciudadanos han opinado que con una sola confrontación, lo más abierta posible, habría resultado suficiente. No obstante sí han quedado despejados algunos conceptos entre los que destacó la paupérrima y limitada oratoria, a efectos de Debate, del actual presidente Pedro Sánchez, autor de su “Tesis-trola”. De ahí que dicho político tratase de evitar sin éxito los citados enfrentamientos. La estrategia de sus asesores solo logró cosechar un fracaso más, sabedores de las mencionadas carencias de su jefe.
En cuento a Pablo Iglesias, haciendo gala de una inoperante sobreactuación y erigiéndose estúpidamente como árbitro del constitucionalismo, se limitó a ejercer el papel de payaso, rogando a sus compañeros que tratasen de escucharse y comportarse adecuadamente, solo le faltó rogar “que fuese buenos y se llevaran bien”. Desubicado como siempre y noble como una cobra…
Sobre el representante de Ciudadanos y más concretamente en el Debate de Atresmedia, apeló una vez más a sus argumentos sobre educación y escolarización en castellano, arremetiendo y recordándole a Sánchez sus vergonzosos pactos con los independentistas en un tono más agresivo y descolocando al presidente en su pobre empeño de negarlo todo, artimaña que solo le sirvió para que aflorase su inédito alarde de cinismo, limitándose a no contestar e impidiendo que lo hicieran los demás atacando pobremente al PP y a Ciudadanos, muy faltón pero cargado de ineficacia.
Por su parte, Casado intentó aprovecharse del enfrentamiento Sánchez-Rivera y con mayor dureza en sus intervenciones del segundo Debate cargado de excesivas discusiones y mutuos insultos que a nadie beneficiaron y menos a los españoles que no obtuvieron ninguna conclusión positiva. Solo les quedó meridianamente claro la patológica ambición del presidente de continuar como inquilino de la Moncloa otros cuatro años más, que a la postre, es lo único que realmente le ocupa y preocupa.
Con tal de intentar el no resultar pesados añadiendo más datos demoscópicos, solamente proporcionaremos la calificación que obtendría cada unos de los candidatos en el conjunto de ambos Debates, resultando su puntuación la siguiente: Rivera, 5,6 sobre 10, Iglesias, un 5 (total desacuerdo); Casado un 3,8 y Sánchez un 3,5. Puntuación que aconsejamos sea considerada superficialmente
Atresmedia, por su parte y en opinión de muchos, realizó una cargante y ostentosa presentación de la confrontación rayando en lo excesivo y bautizando el evento como “Un de Debate para la Historia” que solo ellos se creyeron, entre otras cosas porque para que se cumpliera semejante milagro, sería necesario otra talla intelectual de políticos que no fue lo que presenciamos los televidentes con todos los respetos. A modo de ejemplo, una cualificada y gran periodista cuyo nombre omitimos, le adjudicó en cierto periódico al representante de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, el calificativo de “gentil” (gracioso, apuesto, gallardo, airoso, donoso, etc.) apelativo que con todos los respetos difícilmente entendemos que encaje, al menos por el momento, con el perfil Sr. Iglesias, a no ser que se trate de una mofa, befa o chascarrillo de la anónima periodista…..¡¡Tiempo al tiempo!!
José-Tomás Cruz Varela