En la entrada anterior pudimos ver el concepto de nación que Sarkozy ofreció a sus oyentes y convendría contrastarlo con el que el que Rodríguez Zapatero tenía en su cabeza y expresaba.
Tres años antes, y allá por el año 2004, el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Pío García Escudero, le preguntó a José Luis Rodríguez Zapatero, entonces Presidente del Gobierno, que ratificara o desmintiera su afirmación de que no había diferencias entre Nación y Nacionalidad y le aconsejó recibió que "este concepto hay que utilizarlo con más rigor, no dándole el sentido que uno quiera en función de intereses particulares”. Añadió, además, que “cualquier estudiante de Derecho sabe que, en nuestra Constitución, el término Nación se reserva exclusivamente a la Nación Española. Y sabe también que es la Nación Española, el pueblo español, quien ejerciendo su soberanía, reconoce su propia realidad histórica, garantizando el derecho a la autonomía de sus nacionalidades y regiones”. También le exigió "que no se engañe ni pretenda engañar" y que no diga "aquello de que cada cual se llame como quiera, ya que quienes aspiran al reconocimiento de una supuesta Nación dentro del Estado español, no pretenden mejorar nuestro modelo de Estado, sino destruirlo". Y finalizó exigiéndole que “a pesar de su debilidad, no utilice como moneda de pago determinadas cuestiones que afectan a la convivencia de todos los españoles; que no estire el concepto de Nación con la misma ligereza que emplea para contraer el repertorio de las lenguas cooficiales del Estado; y que llame, al igual que hace con la Constitución, a las cosas por su nombre”.
Zapatero recomendó al PP respondiendo que abandonara el "fundamentalismo político" y dejara de utilizar de forma "partidista" conceptos como "España, nación o naciones", al tiempo que defendió la "libertad intelectual" de discutir sobre estas ideas, que “siempre le han asustado las "razones indubitadas que rezuman fundamentalismo". Añadió que el concepto de nación es uno de los más discutidos en ciencia política y destacó que el marco de convivencia definido por los españoles es la Constitución, que "expresa la unidad del Estado" y reconoce el "derecho incuestionable" a la autonomía de "pueblos, entidades y nacionalidades".
Para Zapatero, nación es un concepto «discutido y discutible» y espetó a García-Escudero que era incapaz de distinguir «entre nación y nacionalidad», un concepto este último «innovador» en la Carta Magna de 1978 para «buscar un gran lugar de encuentro para ese proyecto común de convivencia, que es la esencia de la Constitución».
Han pasado algunos años y hoy convendría saber qué concepto de nación tiene Pedro Sánchez y qué proyecto de España nos ofrecerá en la próxima campaña electoral que no enoje a los nacionalistas, independentistas y populistas que le han apoyado en su moción de censura contra Rajoy y puede necesitarlos de nuevo.
Lamentablemente las aguas bajan revueltas y los nacionalismos no han retrocedido ni un milímetro en sus aspiraciones. Una vez que se conozca la Sentencia del Tribunal Supremo sobre los independentistas catalanes presos, veremos la evolución de este caso y si se conceden indultos a cambio de apoyo político. ¡El tiempo nos lo dirá!
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