La pretensión del Gobierno era, y es, aflorar el número de horas extraordinarias que realizan los trabajadores españoles y saber si se pagan yse cotizan debidamente. Consecuentemente, investigar si se produce fraude y averiguar si reduciendo ese número de horas extra podría generarse más empleo fijo y de calidad.
Como dice el autor del artículo, Juan Tomás Cruz Varela, se crearán muchos más problemas de lso previstos en el control horario, pero lo que está por ver es si de esta cuestión se generarán unas nuevas relaciones laborales entre la empresa y el trabajador. El tiempo nos lo dirá.
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JORNADAS, REGISTROS, HORAS EXTRAORDINARIAS Y COTIZACIONES
Tanto Pedro Sánchez, presidente en funciones, como su ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, jamás olvidarán que uno de los desdichados “viernes sociales”, cargados de descarado electoralismo y aprovechando el final de la legislatura, decidieron que el 12 de mayo entrara en vigor el Decreto sobre el “Registro de la Jornada Laboral”. Esa fecha indefectiblemente acarreará muchos más contratiempos de los que puedan imaginar, cuando lo pretendido, entre otros motivos, era un falso gesto de acercamiento a los sindicatos.
En principio, no olvidemos que el citado Decreto afectará a 3,5 millones de empresas y 16 millones de trabajadores, con la consiguiente repercusión en las relaciones laborales y organización del trabajo.
Controlar el cumplimiento de un horario no es nada nuevo. La dificultad aparece cuando se plantea la realización de horas extraordinarias y su control por parte del ministerio a través del la Inspección de Trabajo para gestionar su cuantía, retribución, cotizaciones, etc., dado que en ciertas ocasiones no se efectúa su tramitación adecuada tanto en el caso de colaboradores con jornada completa o bien a tiempo parcial, estableciéndose sanciones entre 600 y 6.000 euros para tratar de eliminar el correspondiente fraude.
Debido a lo prematuro de la implantación y que ocasionalmente los registros no ofrecen la suficiente seguridad, ha surgido cierta incertidumbre tanto en el sector empresarial como entre la clase trabajadora. La mayoría de las compañías están alegando no estar preparadas ni disponer de los medios adecuados para la implantación del mencionado registro que preserve con garantía la identidad del empleado.
En dicho proceso, será el Ejecutivo quien asuma el cumplimiento de los límites en materia de jornada, corriendo a cargo de las empresas la necesidad de efectuar las horas extraordinarias. Sobre tan complejo tema y como ejemplo, cabría destacar que a lo largo del primer trimestre de 2019 se realizaron 5.679.400 horas extraordinarias, de las cueles se pagaron 3.042.000, quedando el resto de 2.637.000 sin abonar. Recordemos que en un país como el nuestro donde el tejido empresarial mayoritariamente se compone de Pymes, en muchos casos las empresas pequeñas carecen de una representación legal de trabajadores.
Resulta curioso que por parte de la ministra Valerio, tras cuatro días después de prometer “mesura” a los empresarios en torno a la aplicación del nuevo registro horario, modificase notablemente su postura, alegando que “nadie se ha tomado en serio” la entrada en vigor de la norma, manifestando que la Inspección de Trabajo ya está preparada para imponer multas de inmediato. Por su parte, el empresariado ha advertido que tal medida puede originar un impacto directo sobre la creación de empleo. Por su parte, Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, alegó que “esta medida es una traba, y cuando se ponen trabas, es más difícil crear empleo”
Y para terminar, ya puestos, ¿Qué opina la Sra. Ministra sobre los miles de horas que se efectúan en el sector de la hostelería donde en muchos casos no se cobran y menos se cotizan? ¿Qué estrategia tiene previsto arbitrar para eliminar este presunto fraude? ¿Otro nuevo Decreto?....¡¡Tiempo al tiempo!!
José-Tomás Cruz Varela
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