En la presente entrada se exponen las observaciones correspondientes a las notas aclaratorias del primer capítulo de “La Ley Celaá y la repetición de curso”
N.1. La Ministra Celaá, además de reducir el número de repetidores, pretende “que todo el mundo promocione, que todo el mundo adquiera más conocimiento y que nadie se quede atrás". No está nada mal como ideal, pero choca con la realidad de los hechos y de los resultados académicos. Ese deseo buenista recuerda el Art. 6º de la Constitución Española de 1812, “El amor de la Patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles, y asimismo el ser justos y benéficos.”
N.2. “…atajar el “abuso de la repetición”, cuya tasa (el 29% de los estudiantes de 15 años estaba repitiendo algún curso de la ESO en 2018)…”. El problema no está tanto en el número de repetidores reducido a mera estadística, como en saber cuántos alumnos que empezaron su escolarización con 3 años no terminan el Bachillerato y por qué. Y si lo preocupante es ese 29% deberían preguntarse por qué se produce en la ESO y no en Primaria. Pero eso no se hace porque puede aparecer otro problema más…
“…afianzar la autonomía de los centros”. No parece coherente querer otorgar mayor autonomía a los centros y al mismo tiempo dudar de sus evaluaciones y de su capacidad de decisión sobre qué alumnos deben o no repetir curso.
N.3. “…en primaria solo será posiblela repetición en los últimos cursos de cada ciclo de la etapa (segundo, cuarto y sexto), y no en todos como hasta ahora…”. No está demostrado que retrasar un año la posible repetición de un alumno que lo necesite pueda favorecerle. Si en vez de tres ciclos de dos años hubiera dos de tres o uno solo de seis en E. Primaria y se estableciera la norma de repetir al final se evitarían muchas repeticiones, pero no podría deducirse que fuera un buen método y que por sí solo fuera más efectivo que hacerlo al final de cada curso.
N.4. “…El proyecto también quita las reválidas,… El proyecto los sustituye por pruebas diagnósticas cuyos resultados solo serán conocidos por el centro y la consejería y no podrán usarse para hacer clasificaciones escolares.”. Si se carecen de pruebas objetivas externas que evalúen los resultados del sistema educativo y detecten sus fallos, mal podrá solucionarse el problema. Y si no existen pruebas únicas e iguales para todo el territorio nacional, imposible será saber el estado real del alumnado de cada CCAA. Por otra parte, ¿por qué negar a los padres el derecho a saber y conocer el nivel académico del centro al que desean llevar o ya están matriculados sus hijos?
N.5. “…esa elevada tasa de repeticiones que se dan en las dos etapas de Educación obligatoria supone un “coste para el sistema…”. La tasa de repetición en E. Primaria no es elevada: 2,5% en 1º; 2,4% en 2º; 1,8% en 3º; 2% en 4º; 1,5% en 5º y 1,8% en 6º curso respectivamente (Fuente: Ministerio de Educación). Decir que es una tasa elevada la repetición de un alumno por cada cincuenta (2 aulas de 25 alumnos) de un colegio de doble ala es una exageración que desmonta el argumentario empleado contra la repetición.
N.6. “…Se muestran convencidos de la inutilidad de la repetición basándose en que estudiantes repetidores españoles obtienen mejores puntuaciones en Ciencias que el promedio del alumnado de la OCDE”. Las premisas no justifican en modo alguno la conclusión. El Informe PISA confirma que España en su conjunto no saca buenas puntuaciones en sus periódicas pruebas y de ser cierto que los alumnos repetidores españoles superan la media de los alumnos de la OCDE, quienes tienen un verdadero problema son las naciones de esa medianía para abajo de la mencionada organización, además de España. Mejorar la mediocridad no supone ningún éxito.
N.7. “Los programas individualizados de refuerzo, la flexibilización e individualización del currículo,… detección precoz de problemas de aprendizaje…”. Es fácil decirlo y aconsejarlo, pero no lo es tano llevarlo a la práctica en un sistema educativo muy reglado y organizado. De cumplirse totalmente lo reseñado se aproximaría a un regreso a las antiguas escuelas unitarias. Los docentes que han pasado años en ellas conocen mejor las dificultades que entraña esa deseable atención a la individualidad, aun reduciéndose el número de alumnos por aula, que quienes dictaminan desde una oficina, despacho o gabinete de psico-pedagogía.
Se detectan mucho mejor los problemas de aprendizaje en E. Primaria que en Secundaria y es en esa etapa en la que pueden darse las soluciones apropiadas. Pocos alumnos de los que han cursado una correcta E. Primaria fracasan en la siguiente, pero curiosamente la repetición se produce en esta última y no en la anterior. De eso precisamente ni se habla ni se analizan sus causas.
N.8. “....la repetición ni es buena para el alumno ni es buena para el sistema educativo... Porque dejar pasar es apoyar a que siga.” Permitir promocionar de curso a un alumno que ofrezca escasas o nulas garantías de mejora en el paso siguiente no le favorece. Por el contrario, puede ser el seguro para un fracaso anunciado. Cuando un alumno no está preparado para superar la carga de conocimientos y competencias requerida en un curso determinado es difícil demostrar que por acceder al siguiente sea capaz de superar otra mayor.
“Hay datos que demuestran que a alumnos iguales, con perfiles iguales, si dejas pasar a uno y repite el otro y sigues la trayectoria de ambos, la del que has dejado pasar es mejor”. ¿A qué equipo de docentes se le ocurríria semejante experrimento? Si se realizara tal como propone la autora se trataría de una injusticia social, no de un problema educativo.
N.9. “… y que la LOMCE favoreció la repetición al permitir hacerlo cada curso en vez de a la finalización de cada ciclo”. No es cierto que esa Ley educativa favoreciera la repetición. Simplemente facilitaba hacerlo cuantos antes se detectara el problema siguiendo un criterio lógico: más fácil es recuperar materias presentes de complejidad conocida que arriesgarse a superar otras futuras más complicadas sin tener afianzados los conocimientos previos.
N.10. “Califica la repetición como elemento segregador… ahondando en la idea de que "no hay nada más injusto que dar lo mismo a quien tiene necesidades distintas". El ideal educativo consiste en sacar lo mejor de cada alumno aprovechando al máximo sus posibilidades, sabiendo que todos son diferentes tanto en sus capacidades intelectuales como físicas, desarrollarlas al máximo suministrándole los medios idóneos para conseguirlo y que la respuesta del interesado estuviera en consonancia con lo recibido.
N.11. “Los profesionales a favor de la repetición creen que repetir puede ser una auténtica oportunidad para el alumno,… otros opinan que la repetición aumenta la probabilidad de abandono, perjudica la autoestima…”. La controversia es cierta. Curiosamente los profesionales de la Psico-Pedagogía que no están en contacto con los problemas de la enseñanza directa en el aula se muestran más contrarios a la repetición que aquellos otros que la viven de verdad en clase y con alumnos reales.
El día en el que la teoría se ponga en práctica y la repetición deje de ser problema, el mundo educativo habrá avanzado enormemente y el fracaso escolar habrá quedado reducido a una anécdota del pasado. Mientras tanto, seguirá habiendo alumnos que por diversos motivos no alcancen los objetivos por todos deseados, y tendrán que repetir.
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