Se pregunta José Tomás Cruz Varela, y alguien más, qué razonamiento lógico ha inducido a la Junta andaluza a establecer una pausa en el horario de tarde de bares y restaurantes.
Seguramente el legislador no lo habrá hecho por fastidiar, sino pensando en la salud del usuario y del personal de esos establecimientos. No sienta bien, dicho sea en clave de humor, tomarse un chocolate con churros como un postre más de la comida o una dulce merienda, y cenar a continuación sin dedicar un tiempo al ejercicio físico… o prescindir de un merecido descanso tras muchas horas de un estresante trabajo…
A pesar de todo, demos un voto de confianza a los políticos, porque antes de establecer cualquier normativa examinan el fondo y consecuencias de los asuntos, ¿O no?
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INCONGRUENCIAS DE LA COMUNIDAD AUTONÓMICA ANDALUZA
(DE MI PUÑO Y TEKLA)
En esta ocasión, los comercios andaluces han conseguido ampliar su horario de apertura hasta las 9 de la noche desde el próximo sábado, pero nada que ver de momento con el gremio de hostelería y la prolongación de sus actuales horarios en bares y restaurantes, que deberán seguir cerrando a las 18 horas y reabrir nuevamente desde las 20 horas hasta las 22,30. Resulta difícil justificar esa normativa por la absurda incongruencia que supone y el perjuicio que conlleva tanto a consumidores como a empleados, aunque no repercuta mayoritaria y afortunadamente a otras CC.AA. ¿En qué se basa el Gobierno andaluz para estimar que la citada franja horaria, entre las 18 y 20 horas, sea considerada como la más peligrosa?
El simple hecho de cerrar los establecimientos a las 18 horas ha repercutido sensible y económicamente en los negocios de hostelería, siendo muchos los propios consumidores quienes trabajando con jornadas de ocho a tres, a continuación deben desplazarse a sus respectivos hogares para comer, no compensándoles el acudir a los bares por tener que abandonarlos a las seis de la tarde.
En otro orden, para los propios empleados que tienen que dejar sus puestos a las seis de la tarde, incorporarse dos horas más tarde y permanecer hasta las 22,30 horas para atender a los clientes que acudan a cenar, sin duda representa un trastorno considerable, que puede repercutir, a su vez, en sus emolumentos. En España, los clientes que tienen previsto cenar a un restaurante, lo hacen en torno a las diez de la noche y normalmente casi nunca se concluye en 30 minutos, lo que no resulta adecuado ni oportuno.
Recientemente el Gobierno aprobó en julio un rescate al turismo (en el que se incluía la hostelería) dotado con 4.000 millones. Cifra muy criticada por insignificante para aliviar a las empresas y que aún no se han notado sus efectos.
Finalmente y respecto al S.M.I. (Salario Mínimo Interprofesional) de los 950 euros actuales, la horquilla para el 2021 se sitúa entre la congelación que solicitan las patronales y los 1.000 euros que demandan los sindicatos. Ante esa situación, una parte del Gobierno no es partidaria mientras que otra sí lo es de una subida del 5,2%, pero tampoco lo es de esa congelación deseada por otros. Como siempre, habrá que esperar unos días para conocer el incremento final…
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela Ex director de RR.HH.
(Con el ruego de su publicación en la sección de "Cartas al Director")
Totalmente de acuerdo con tu opinión. Parece ser que las consecuencias de estas medidas generarán muchas más incertidumbre y repercutirán muy poco en la Salud y Economía del ya maltrecha situación económica
ResponderEliminarAsí es, muy pocos beneficios y muchas molestias
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