Muy prudente ha sido hoy José-Tomás Cruz Varela al no añadir a la lista de epítetos del “todavía Vicepresidente” esa otra indecencia del "Hay que decir con un tono educado y suave que los corruptos son criminales y delincuentes y el Partido Popular es un partido delincuente, no lo decimos nosotros sino los jueces". Según el PP, se ha “utilizado un cargo y un despacho institucional para la realización de un acto encubierto de campaña”. Como consecuencia, lo ha denunciado ante la Junta Electoral Provincial de Madrid por considerar que vulnera “los principios de neutralidad, imparcialidad e igualdad”.
Benévolo ha sido también Cruz Varela tratando a Iglesias como “el todavía Vicepresidente”, ya que sigue en el cargo tras presentar su candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid para el 4 de mayo sin recordarle que Esperanza Aguirre renunció a la Presidencia del Senado 15-X-2002 para presentarse a las autonómicas de mayo de 2003. Y es que hay casos en los que las comparaciones son más reveladoras que odiosas, como en los de Illa e Iglesias.
Pero el drama empieza ahora...
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LAMENTABLEMENTE ABSURDO
(De mi puño y tekla)
Existen ciertos protagonismos políticos que, a pesar de pretender ejercer como focos de atención, en algunas sesiones del Congreso, resultan inevitablemente soporíferos, amén de lo más desagradable, tal como resultó recientemente entre Errejón e Iglesias. La mera presencia de este último, ya de por sí, con cólera e indumentaria incluidas, lo dicen todo.
Lo aspiración de Pablo Iglesias y su empeño en erigirse en abanderado de la izquierda en la competición de Madrid resulta ridícula, intentando poner a su servicio la fracción mayoritaria de su en otro tiempo camarada y amigo Errejón.
Vocablos como: deslealtad, corrupción, robo, transfugismo, etc. fueron palabras que volaron como dardos de un lado al otro del Hemiciclo, hiriendo tanto al PP como al PSOE. La fruición con que se atacan Gobierno y primer partido de la oposición, casi le permitió al todavía vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, superar el debate sin demasiados rasguños, y saliendo sólo apenas con unos cuantos reproches por su escasísima gestión y enfrentamientos.
Quien aprovechó la jornada para intentar remendar jirones, fue Pedro Sánchez que no dudó en desplegar seducción y prometer reuniones. La sesión del Congreso, como de costumbre finalizó con "un nada con patatas". Para muchos de los asistentes, al presente drama sólo está empezando....
Atentamente.
José Tomás Cruz Varela
Ex Director de RR.HH. Málaga
(Con el ruego de su publicación en la sección de "Cortas al Director”)
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