3 de septiembre de 2021

ABUCHEOS Y APLAUSOS

Es algo constatado que los ministros del gobierno y su presidente no pisan mucha calle y evitan exponerse posiblemente a un auditorio no del todo amigable que pueda estropearles la foto buscada de su pregonada cercanía al pueblo. Un gobierno surgido de la gente que sirve a la gente no puede ser despreciado por la gente. Y, en caso de abucheos, alguien impedirá que aparezcan en fotos o en la tele, porque no existe aquello que no se ve…
Los asesores de Sánchez saben que cualquier esporádica aparición pública del carismático y fotogénico personaje ha de ser ante una clientela comprometida y fiel que reciba las consignas laudatorias de su buen hacer, sin el menor reproche y sin opción a realizar capciosas preguntas.
Apunta Cruz Varela que Sánchez prefiere mantener la boca cerrada en asuntos tales como la subida del precio de "la luz y el combustible" y bien que lo cumple. Quizás en su subconsciente aparezcan, cual vengativos fantasmas, las agrias y desmesuradas críticas que lanzaba a Rajoy desde la oposición  por el mismo tema, aunque de muy inferior cuantía, y cualquier explicación  que intente dar, cuestionará la incoherencia de su pensamiento y la eficacia de gobierno.
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ABUCHEOS Y APLAUSOS

(De mi puño y tekla)

La remodelación del Ejecutivo que Pedro Sánchez decidió a mitad de julio y el inicio del curso político llevaron a la Moncloa a tratar de cambiar el paso, buscando un giro estratégico que involucrase también la figura del presidente de Gobierno: con más contactos, proximidad, cercanía e integración. En definitiva, impulsar la imagen del Jefe de Ejecutivo, pretendiendo a la vez el recuperar el terreno perdido respecto del PP.

La estrategia, no obstante, ha chocado con dos obstáculos en el camino. Por una parte, esos actos de micrófono en la calle dejan expuesto al presidente del Gobierno y los ciudadanos pueden acercarse a expresar su rechazo o apoyo con gritos, aplausos, abucheos, etc. Y por la otra, es a Pedro Sánchez a quien le preocupa reconectar con la calle, pisar más por España y no admitiendo preguntas en sus últimas salidas.

A modo de ejemplo, ya antes de producirse el atentado en el aeropuerto de Kabul, la situación en Afganistán era "caótica" y "cada día peor", según había venido relatando en los últimos días la ministra de Defensa. Simultáneamente a esos hechos, el presidente Sánchez viajaba a Cáceres y guardaba silencio mientras la ministra era la encargada de trasladar a la opinión pública la situación y evaluación.

De hecho, ante los temores de un posible atentando, como así se produjo y anunciaron otros países europeos, se notificó que el viernes sería el último en la evacuación. Fuentes gubernamentales anunciaron que ya contábamos con estar inmersos en la "fase final" de las evacuaciones, evitando precisar detalles por motivos de seguridad. Sin embargo, ante la gravedad de estos hechos, el presidente seguía guardando silencio y sin dar explicaciones.

Como final, reconozcamos que los actos que en esta semana ha protagonizado Pedro Sánchez, permiten el contacto de los ciudadanos con el presidente del Gobierno. Primero porque han sido en la calle y rodeados de público. Esto genera que se hayan dado situaciones de abucheos y gritos de gente contra el presidente del Gobierno, pero también de aplausos y vivas. Eso sí: ¡¡ Sobre gilipolleces en torno a la luz y combustibles, ni una!!

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

Ex Director de RR.HH. Málaga.

 

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