SIN CURA Y CARGADO DE MENTIRAS

 Cree Cruz Varela que Pedro Sánchez ha mentido y engañado a los españoles haciendo lo contrario de lo prometido, sin inquietarse y sin perder, por eso, el sueño… Para saber que lo anterior es verdad, solo hace falta tirar de hemeroteca cuando la memoria flaquea.

Si un vaso medio lleno de vino es también un vaso medio vacío, una mentira a medias nunca llega a ser una media verdad, y de esas hay demasiadas. Es una pena constatar que la sociedad asume como una situación inevitable la media mentira y la mentira entera en el político de turno, tal como lo advirtió Hannah Arendt (“nadie ha dudado jamás que la verdad y la política nunca se llevaron demasiado bien, y nadie, por lo que yo sé, puso nunca la veracidad entre las virtudes políticas”). 

Y aún resulta más lamentable comprobar que los ciudadanos no suelen reaccionar ante la falsedad de las promesas y las promeas incumplidas. Incluso pueden llegar a premiarlas despreciando el lamento de Nietzsche: "Lo que más me molestó no es que me hayas mentido, sino que de aquí en adelante no podré creer en ti".

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SIN CURA Y CARGADO DE MENTIRAS

(De mi puño y tekla)

Cuando los españoles se asoman ocasionalmente a los análisis del discurso de Pedro Sánchez, muy posiblemente se conviertan en expresiones, más o menos habituales, propias del tópico de periodistas normalmente tendentes a la izquierda con vuelta a los orígenes y huida hacia delante. Tales análisis, acertados o no, parten de un error perceptivo que a estas alturas no podemos perdonar. La posible equivocación de tomarse en serio lo que Sánchez dice, anuncia, promete o duda sobre la timba de Pinocho es sencillamente cuestionable.

Hablamos de lo que es sino del efímero, sino de la sombra del humo que sale del calcinado valor de su palabra proyectado sobre el aire combustible de una tarde de verano. Hablamos del centro exacto del Donut, de la consistencia de la espuma de afeitar, de la credibilidad de un taxista mauritano. Todo en él es mentira, pura trola, salvo su ambición de resistir un día más en el poder. Ahora toca fingir izquierdismo desorejado porque se estaba descomponiendo el tinglado de Frankenstein. Pero no conviene olvidar que sigue simulando para durar unos meses más, y para ello tenía que embutirse en unas calzas verdes, plantarse una pluma en el sombrero y proclamarse Robin de los Bosques, el que daba a los ricos para socorrer a los pobres.

Llegado el momento, después de haber madrugado, achacará a Yolanda Díaz todos los disparates peronistas; romperá con Podemos bajo la acusación de socio radical incompatible con la estabilidad y el europeísmo y convocará elecciones. Es Sánchez quien acusa al PP de “Curandero”, pero cualquier curandero se negaría a tratarle a él.

Que nadie me malinterprete. La impostura estructural de este hombre no nos saldrá gratis. El ídolo de Tezanos ha decidido coronar la larga escapada de su presidencia con el mismo colofón que Telma y Luise pusieron a su aventura, solo que el maldito coche viajamos todos. Los hipotecados verán repercutido el impuesto a la banca en su cuota ya tensionada por la subida de tipos, los consumidores, en general, lo notarán en su recibo cuando las empresas energéticas apliquen la subida de tipos y al final serán todos y cada uno de los españolitos cuyo esfuerzo fiscal cebará la bomba del gasto extemporáneo que pague el último año de alquiler a Don Pedro las calzas verdes y a su simpática comparsa de amiguetes agradecidos…

Atentamente.

 José Tomas Cruz Varela

 Ex Director de RR.HH. Málaga.