La variante del “bulo” conocida como “operación de bandera falsa” consiste en la realización de una actividad, preparada para hacer creer que es obra de otros autores y, culpabilizando a los ajenos, obtener los mismos beneficios sin asumir responsabilidades. Puede valer, entre otros muchos ejemplos, la explosión y hundimiento del USS Maine el 15 de febrero de 1898 en la Habana, con el fin de provocar la guerra contra España y Estados Unidos, y justificar la invasión de cuba. Y aunque aún no ha sido lo suficientemente aclarado, también se considera una “operación de bandera falsa” el incendio del Reichstag en Berlín.
La noche del 27 de febrero de 1933 comenzó a arder la sede del parlamento alemán, el Reichstag, por varios sitios a la vez. La policía vio a un hombre medio desnudo junto al edificio y lo apresó. Se llamaba Marinus Van del Lubbe. Se trataba de un holandés de difícil infancia y juventud, y albañil de profesión. Lector de Marx, se afilió al P.C. de los Países Bajos en 1925, y de él se desvinculó cuatro años después por conflictos con la dirección del partido. Sufrió varios accidentes que le dejaron casi ciego.
Cuando Hitler llegó al poder en enero de 1933, Marinus se trasladó a Berlín pensando que el proletariado reaccionaría desatándose una revolución en Europa. Pero se encontró con el conformismo y la resignación. Intentó por su cuenta alguna protesta vistosa y llamativa contra el gobierno nacionalsocialista.
Marinus confesó a la policía que el incendio lo había provocado él solo, sin cómplices. La policía lo achacó a un complot comunista. El holandés fue juzgado en Leipzig y condenado a muerte. Los nazis lo consideraron un elemento activo del comunismo y el P.C. de Alemania (KPD) le acusó de ser un miembro de las S.S., y no un comunista. En el Reino Unido se aceptó esta versión de ser un agente encubierto contra el proletariado, pero en Holanda y en Francia se le consideró un hombre íntegro, debido a testimonios de quienes le habían conocido, y recogidos en el “Libro Rojo”.
Marinus Van del Lubbe murió ahorcado el 10 de enero de 1934, poco antes de cumplir los veinticinco años. En 1984, un tribunal de Berlín Occidental revocó el veredicto de 1933, y le declaró no culpable, alegando que se había tratado de una “operación de bandera falsa” del gobierno nazi. En 2008, se anuló legalmente la condena, de acuerdo con una ley de 1998 que rehabilitaba a ciertos condenados por el gobierno nacionalsocialista de aquella época.
El Reichstag se quemó y Marinus murió, pero los nazis salieron políticamente beneficiados del suceso. Hitler y Göring se acercaron al Parlamento en llamas y cuando vieron al apresado Marinus, le culpabilizaron a él y a los comunistas alemanes, por lo que se arrestó a sus dirigentes en Berlín.
Hitler vio la ocasión idónea para poner en marcha sus ambiciones declarando el Estado de Emergencia y presionando al Presidente Hindemburg firmar el Decreto del Incendio del Reichstag que suspendía muchos derechos fundamentales de la Constitución de la República de Weimar de 1919.
Los nacionalsocialistas alemanes tenían preparada la coartada para convencer a la población de que el incendio fue provocado por los comunistas. Junto a Marinus apresaron a tres búlgaros que fueron posteriormente absueltos en el juicio de Leipzig. Uno de los búlgaros, Dimitrov, presidente de la Internacional comunista, demostró su inocencia y el carácter político del incendio para desprestigiar al comunismo.
Hitler llegó al poder el 30 de enero de 1933; el 27 de febrero siguiente se quemó el Reichstag; Hitler pidió la disolución del Parlamento y el 5 de marzo se celebraron nuevas elecciones. Hitler abolió en cierto sentido la democracia al poner en funcionamiento activo la “Ley Habilitante” (poder especial de pasar leyes a decretos sin intervención del Parlamento), y lo que pudiera ser una buena medida para una emergencia se usó como norma.
Cuando Hitler llegó al poder tenía un 33% del Reichtstag, 230 escaños, y para activar la “Ley Habilitante” se requerían 2/3 de la Cámara. Tras el incendio, nuevas elecciones, y con ellas, nuevos resultados.
En las elecciones de julio de 1932, Hitler sacó 230 escaños (el 37,4%); en noviembre siguiente, 196 escaños (33,1%) y en marzo de 1933, 288 (el 43,9%) a los que se sumaron 50 escaños más de Von Papper.
Hitler logró el 23 de marzo la aprobación de la “Ley Habilitante”, que acabó con la democracia parlamentaria, instaurando un régimen totalitario. ¿A quién benefició el incendio del Reichstag? Posiblemente a quienes lo planificaron.
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